CANARIAS

Disputa por la paternidad de una niña supuestamente vendida

El caso de una niña supuestamente vendida por sus padres a otro matrimonio, por 45.000 pesetas (véase EL PAÍS de 26-10-1980), ha creado una confusa situación de disputa entre los mismos por la paternidad definitiva de la pequeña, Carmen Vanessa, que tiene siete meses de edad.

Mientras continúa la instrucción judicial del caso, la niña, que había sido internada en un hogar infantil, ha tenido que ser trasladada al Hospital General y Clínico, enferma de una infección, donde ha podido ser visitada por los dos matrimonios implicados, que han sido puestos en libertad. Los padres verdader...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El caso de una niña supuestamente vendida por sus padres a otro matrimonio, por 45.000 pesetas (véase EL PAÍS de 26-10-1980), ha creado una confusa situación de disputa entre los mismos por la paternidad definitiva de la pequeña, Carmen Vanessa, que tiene siete meses de edad.

Mientras continúa la instrucción judicial del caso, la niña, que había sido internada en un hogar infantil, ha tenido que ser trasladada al Hospital General y Clínico, enferma de una infección, donde ha podido ser visitada por los dos matrimonios implicados, que han sido puestos en libertad. Los padres verdaderos de la niña han negado a la Prensa que ellos hubieran vendido a su hija. «La habíamos dejado en casa del otro matrimonio para que fuera solamente atendida. También tenemos a otro hijo en la casa de un familiar de este mismo matrimonio, donde lo cuidan», han señalado. En su opinión, la niña ha sido objeto de rapto, al negarse el segundo matrimonio a entregarla cuando la reclamaron, después de un período de tiempo convenido.

Durante ese tiempo, en que la niña permaneció en su nuevo hogar, fue, al parecer, inscrita por segunda vez en el registro civil, con el nombre de Ruth.

La venta y adopción de niños mediante el pago de una suma de dinero ha sido, en otras ocasiones, motivo de denuncia periodística, al conocerse la existencia de un tráfico de niños, encubierto bajo diversos pretextos. En Canarias, hace varios años, la Prensa reveló serias sospechas sobre la posibilidad de que una secta religiosa, con el nombre de La Familia del Amor, estuviera realizando este tipo de actividades desde las islas hacia el exterior. El máximo responsable de la secta, el padre Moisés David, fue llamado a declarar y, poco después, abandonó la isla de Tenerife, en donde había instalado su cuartel general.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En