La URSS no desea el Procedimiento de Belgrado para la CSCE de Madrid

La Unión Soviética y los países del este europeo no desean la adopción del Libro Amarillo de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Belgrado como reglamento de trabajo de la reunión preparatoria de Madrid. Esta actitud de la URSS ha motivado la suspensión de los debates de ayer en Madrid, en los que los países neutrales y no alineados pensaban presentar un proyecto de plan de trabajo y de discusión del orden del día de la reunión principal o definitiva de la CSCE.De manera más concreta, hay que señalar que el grupo de países socialistas no desea que el r...

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La Unión Soviética y los países del este europeo no desean la adopción del Libro Amarillo de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Belgrado como reglamento de trabajo de la reunión preparatoria de Madrid. Esta actitud de la URSS ha motivado la suspensión de los debates de ayer en Madrid, en los que los países neutrales y no alineados pensaban presentar un proyecto de plan de trabajo y de discusión del orden del día de la reunión principal o definitiva de la CSCE.De manera más concreta, hay que señalar que el grupo de países socialistas no desea que el reglamento de la reunión de Belgrado sea la base del comportamiento o procedimiento de la reunión de Madrid, a pesar de que los occidentales, y no pocos países neutrales, consideran que dicho reglamento es imprescindible, sobre todo para evitar abrir, a estas alturas, una discusión nueva y amplia sobre el procedimiento, que, hoy por hoy, aparece como inevitable.

El pasado jueves se acordó, partiendo de propuestas de Noruega y Hungría, que los países neutrales y no alineados avanzaran un proyecto de documento de trabajo sobre el orden del día de la reunión principal. Estos mantuvieron contactos entre sí y llegaron a una postura casi mayoritaria, en la que reproducían el sistema de trabajo adoptado en Belgrado, con las imprescindibles alusiones a la problemática madrileña. Se esperaba que este proyecto hubiera sido presentado ayer en el Palacio de Congresos y Exposiciones, pero esto no ocurrió, porque, con anterioridad, la delegación de la URSS advirtió a los austriacos, que llevaban la iniciativa, que la propuesta elaborada no iba a ser aceptada por los socialistas porque era demasiado idéntica al Libro Amarillo o de Belgrado, y que ello podría significar la institucionalización de dicho documento. Ante esta advertencia, Austria, neutrales y no alineados decidieron retirar su propuesta y esperar a la sesión plenaria del lunes, donde se espera que se inicie un debate general sobre el procedimiento.

Todo ello supone un primer freno a los trabajos de Madrid por parte del Este, que no desea que, desde ahora, quede institucionalizado el Libro Amarillo como elemento de discusión y trabajo de la conferencia. La URSS considera que dicho libro favorece a Occidente porque en él se garantiza la definición de la fecha y lugar de la próxima conferencia, que podría continuar la reunión madrileña y porque en él se prevé un esquema de calendario de los debates que los soviéticos no consideran apropiado.

Habrá, pues, que esperar al lunes para ver si los neutrales presentan otra propuesta de compromiso o si prefieren abrir un debate sobre el procedimiento. En todo caso, se impone una crisis que bien le vino ayer a la delegación turca, sumida en la mayor de las confusiones por el golpe militar puesto en marcha en Turquía la pasada madrugada, sobre el que no han querido hacer el más mínimo comentario.

Acreditados y desacreditados

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Salvatore Francia, conocido activista de la extrema derecha italiana y cuya extradición de España está solicitada por el Gobierno de Roma, ha sido desacreditado como periodista de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa de Madrid. Salvatore Francia dijo que representaba al semanario de Johannesburgo Noi Europa, y pudo circular por la conferencia hasta que la delegación italiana protestó por este hecho. Sobre este tema existe bastante desconcierto, porque lo cierto es que hay numerosos agregados de embajadas y de la Administración hispana que circulan con acreditaciones de periodistas sin ser profesionales en activo. Ello permite los rumores sobre la presencia de múltiples espías en la reunión de Madrid y desdice, desde ahora, el punto de la tercera cesta de la conferencia, relativo a la libre circulación de ideas y personas en Europa, en el que se encuentran las facilidades a los informadores del Este y el Oeste.

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