Cárceles y evasiones

( ... ) Como no es razonable suponer que los funcionarios de prisiones hayan perdido, en los últimos años, su tradicional competencia, ni cabe tampoco pensar que hayan perdido solidez las construcciones de los establecimientos penitenciarios, de los cuales antes no se fugaba, con la facilidad de ahora, ningún recluso, resulta forzoso buscar otras causas que expliquen por qué las evasiones se multiplican actualmente y se han convertido en suceso común.Por lamentable que resulte el dato, por mucho que moleste a algunas ideologías políticas -e incluso jurídicas-, el hecho es que, desde la modific...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

( ... ) Como no es razonable suponer que los funcionarios de prisiones hayan perdido, en los últimos años, su tradicional competencia, ni cabe tampoco pensar que hayan perdido solidez las construcciones de los establecimientos penitenciarios, de los cuales antes no se fugaba, con la facilidad de ahora, ningún recluso, resulta forzoso buscar otras causas que expliquen por qué las evasiones se multiplican actualmente y se han convertido en suceso común.Por lamentable que resulte el dato, por mucho que moleste a algunas ideologías políticas -e incluso jurídicas-, el hecho es que, desde la modificación de la legislación, y desde la tan celebrada reforma penitenciaria, ha aumentado hasta cifras asombrosas la delincuencia, son cada vez más numerosos los casos de evasión, de fuga, y ha crecido, también en cifras insospechadas, el censo de presos.

La evasión de Alcalá, por otra parte, ha suscitado una polémica, tan inadmisible como extraña, entre el Ministerio de Justicia y la Asociación de Funcionarios de Prisiones. Lo decimos porque si los funcionarios no cumplen su misión, si, a su vez, delinquen -hablamos en absoluta hipótesis- las autoridades ministeriales deberán proceder a la iniciación de los expedientes o procesos que del caso sean, pero no parece, razonable y lógicamente, que deban hacer comunicados públicos tendentes a exculpar las deficiencias ministeriales, culpando a funcionarios que lo son también del mismo departamento ministerial.

Si las cárceles españolas funcionan mal, si los presos pueden recibir del exterior armas y drogas, si se perforan galerías, se consuman evasiones, se ataca a los guardianes, se lucha salvajemente en los recintos penitenciarios, donde se han producido incluso asesinatos.... todo esto sólo significa que el sistema penitenciario, en su conjunto, es un pavoroso fracaso. Un fracaso intolerable. ¿Y a q uién atribuir la responsabilidad sino a las autoridades ministeriales?

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

30 de agosto

Archivado En