PAIS VASCO

Polémica en torno al informe de la OIEA sobre la central nuclear de Lemóniz

La Comisión de Defensa de una Costa Vasca no Nuclear, organismo que desde hace cinco o seis años viene actuando como principal catalizador del movimiento de oposición a la central nuclear de Lemóniz, fue quien, por primera vez -y en el marco de una serie de acciones y medidas entre las que consideraba esencial la previa paralización de las obras- sugirió, hace más de tres años, la petición de un informe técnico al OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) sobre las condiciones de seguridad entre otras, de la citada central.Por ello mismo, la comisión se ha sentido en la obligación d...

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La Comisión de Defensa de una Costa Vasca no Nuclear, organismo que desde hace cinco o seis años viene actuando como principal catalizador del movimiento de oposición a la central nuclear de Lemóniz, fue quien, por primera vez -y en el marco de una serie de acciones y medidas entre las que consideraba esencial la previa paralización de las obras- sugirió, hace más de tres años, la petición de un informe técnico al OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) sobre las condiciones de seguridad entre otras, de la citada central.Por ello mismo, la comisión se ha sentido en la obligación de salir al paso de lo que considera «escandalosa manipulación» por parte de sectores pronucleares del informe difundido estos días por el Gobierno vasco y al que comienza por calificar como «incorrectamente denominado informe del OlEA». El texto difundido hace constar, efectivarnente, que «no compromete al OIEA de ninguna manera», sino a los cinco técnicos que lo han redactado. Por lo demás, el texto difundido como oficial no es tal, sino, según la comisión, una «interpretación del mismo».

Así y todo, de ninguna manera puede decirse que dicho texto suponga la «aprobación de Lemóniz por el OlEA», como se ha afirmado, ya que incluye la denuncia de una serie de «defectos y deficiencias en el proyecto técnico que avalan, una vez más -según la comisión- las razonables exigencias de paralización inmediata».

La ambigüedad con que está redactado el informe -lleno de condicionantes que relativizan las conclusiones y con el reconocimiento expreso de que esas mismas conclusiones se basan a menudo en informaciones de la propia empresa propietaria de Lemóniz- no impide que en el mismo se reconozca, por ejemplo, la ausencia de un plan de evacuación de emergencia, aspecto este que constituye justamente, uno de los argumentos fundamentales de los antinucleares vascos.

Por otra parte, el mismo informe reconoce que para su redacción no han sido tenidas en cuenta las normas y recomendaciones adicionales incluidas, tras el accidente de Harrisburg, en la normativa que se toma como referencia.

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