¿El final de un idilio?

La prácticamente segura dimisión del vicepresidente económico, Fernando Abril, señala un hito indudablemente histórico en la ya larga marcha de la transición y un cambio de signo en las hasta ahora estrechísimas relaciones personales y políticas que mantenía con el presidente Suárez.Este valenciano de 44 años, desde 1969 construyó u na amistad creciente, estrecha e íntima con el actual presidente del Gobierno, paralela a su colaboración en el terreno político, formando los dos un tándem aparentemente indisoluble.

Tan sólo hace apenas dos meses tan estrecha comunión de afectos: id...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La prácticamente segura dimisión del vicepresidente económico, Fernando Abril, señala un hito indudablemente histórico en la ya larga marcha de la transición y un cambio de signo en las hasta ahora estrechísimas relaciones personales y políticas que mantenía con el presidente Suárez.Este valenciano de 44 años, desde 1969 construyó u na amistad creciente, estrecha e íntima con el actual presidente del Gobierno, paralela a su colaboración en el terreno político, formando los dos un tándem aparentemente indisoluble.

Tan sólo hace apenas dos meses tan estrecha comunión de afectos: ideas e intereses comenzó a resentirse, a causa de las diferencias en materia de alto gobierno surgidas entre Abril y el entourage de Suárez -posiblemente a causa de las maniobras del presidente-, que supo situar, con su proverbial habilidad, el sostén de sus diferencias con Abril, en sus más íntimos colaboradores monclovitas.

Hasta hoy, Abril ha sido el inexpugnable muro de contención en el que se estrellaba todo el oleaje de las críticas dirigidas contra el propio jefe de Gobierno.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La imagen de Felipe -«Usted, señor Abril, hace de señora Thatcher, mientras el presidente es la reina Isabel»- es, pues, esencialmente correcta.

Así, la marcha del vicepresidente emplaza a la constatación de, cuando menos, un éxito -bajar en tres años la inflación del 30% al 15%- y a la apertura de un interrogante: ¿Podrá subsistir Suárez sin el auxilio de tan eficaz y leal asistente?

29 de agosto

Archivado En