El "no" de Suárez

Según ha sabido nuestra corresponsal en Washington, el presidente Suárez contestó negativamente a la petición que Carter le hizo en Madrid para que Estados Unidos pudiera utilizar las bases españolas en operaciones tácticas relacionadas con Oriente Próximo.Tan comprensible como el afán norteamericano de proyectar todas sus potencialidades hacia esa zona del mundo que ha venido en llamarse el «arco de la crisis» es la reacción cauta y sensata deljefe del Gobierno español, negándose a actuar como comparsa en un juego a cuya definición continúa siendo ajeno.

Mientras el único vínculo forma...

Según ha sabido nuestra corresponsal en Washington, el presidente Suárez contestó negativamente a la petición que Carter le hizo en Madrid para que Estados Unidos pudiera utilizar las bases españolas en operaciones tácticas relacionadas con Oriente Próximo.Tan comprensible como el afán norteamericano de proyectar todas sus potencialidades hacia esa zona del mundo que ha venido en llamarse el «arco de la crisis» es la reacción cauta y sensata deljefe del Gobierno español, negándose a actuar como comparsa en un juego a cuya definición continúa siendo ajeno.

Mientras el único vínculo formal que ligue a España con Estados Unidos sea el desfasado tratado bilateral actual, en virtud del cual nuestra soberanía queda hipotecada por un puñado de dólares, conviene ser especialmente parcos en la definición de las áreas de interés común.

Otra cosa sería si España estuviera presente en los grandes foros de toma de decisiones del mundo occidental y no sólo fuera tenida en cuenta en el capítulo de los deberes. sino también en el de los derechos.

Nuestro Gobierno está obligado a asumir los riesgos y responsabilidades que conlleva la defensa del sistema democrático en el mundo, pero no tiene por qué aceptar el sufrido papel de pariente pobre.