Presunto delincuente, muerto por la policía durante un atraco

Un presunto delincuente de veinte años, Gregorio Calleja Gómez, resultó muerto en la madrugada de ayer de un disparo de un inspector de policía, cuando, en compañía de otros tres jóvenes, intentaba robar en una joyería, situada en la calle del General Romero Bazar, por el procedimiento del butrón. Otros dos atracadores -Fernando Martin Alonso, de diecisiete años, y R. P. S., de quince- fueron detenidos y un cuarto se dio a la fuga.Los hechos se produjeron alrededor de las tres horas de la madrugada de ayer. Una llamada telefónica anónima avisó al 091 de que en una papelería,...

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Un presunto delincuente de veinte años, Gregorio Calleja Gómez, resultó muerto en la madrugada de ayer de un disparo de un inspector de policía, cuando, en compañía de otros tres jóvenes, intentaba robar en una joyería, situada en la calle del General Romero Bazar, por el procedimiento del butrón. Otros dos atracadores -Fernando Martin Alonso, de diecisiete años, y R. P. S., de quince- fueron detenidos y un cuarto se dio a la fuga.Los hechos se produjeron alrededor de las tres horas de la madrugada de ayer. Una llamada telefónica anónima avisó al 091 de que en una papelería, situada en la calle del General Romero Bazar, cuatro individuos se hallaban en su interior, presumiblemente cometiendo un atraco. Inspectores de policía de la comisaría de Los Cármenes se presentaron en el lugar y dieron el alto a tres de los cuatro jóvenes en la misma puerta del establecimiento. Mientras uno se dio a la fuga, según la versión de la Jefatura Superior de Policía, Gregorio Calleja extrajo del cinturón una pistola de gas marca Smith Roben, de ocho milímetros, y encañonó al inspector, momento en que aquél le disparó desde corta distancia. El joven R. P. S. decidió entregarse.

Trasladado Gregorio Calleja a la residencia sanitaria Primero de Octubre, el herido ingresó cadáver.

Investigaciones posteriores permitieron detener en el interior de la citada papelería a Fernando Martín Alonso, que se entregó sin oponer resistencia. En su poder se encontró una cizalla de grandes dimensiones, por lo que se supone que los cuatro jóvenes pretendían realizar un butrón (agujero en una pared) para robar en una joyería situada en la finca de al lado.

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