García de Enterría se pronuncia a favor de un Estado federal

El defecto de la Constitución española de 1978 está en el capítulo VIII, referido a las autonomías, «gravemente imperfecto», en opinión del profesor Eduardo García Enterría, que intervino en el curso «La cuestión regional en Cantabria», de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. El catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense calificó de «muy correcto» el texto constitucional restante y apuntó como solución para las imperfecciones del modelo regionalista recogido en el título VIII no la reforma de la Constitución, que, en su opinión, sería ahora una frivolidad, sino un a...

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El defecto de la Constitución española de 1978 está en el capítulo VIII, referido a las autonomías, «gravemente imperfecto», en opinión del profesor Eduardo García Enterría, que intervino en el curso «La cuestión regional en Cantabria», de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. El catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense calificó de «muy correcto» el texto constitucional restante y apuntó como solución para las imperfecciones del modelo regionalista recogido en el título VIII no la reforma de la Constitución, que, en su opinión, sería ahora una frivolidad, sino un acuerdo general de los partidos presentes en el Parlamento que, a corto plazo, permita adoptar para España la fórmula federal.«En todo el mundo hay un real aumento del prestigio de la fórmula federal, que articula de manera superior las exigencias de autonomía e interdependencia, acerca las instancias políticas a los centros de demanda social y es capaz de asegurar, frente a lo que tan frívolamente se afirma, una eficacia superior», afirmó el profesor García de Enterría. El catedrático se lamentó de que la Constitución de 1978 no hubiese adoptado abiertamente el federalismo. «Quizá», dijo, «por el recuerdo negativo que de esa fórmula de estructura del Estado nos dejó la Primera República de 1873, y porque no se divulga que el federalismo de esa Primera República, inspirado en principios anarquistas, en Proudhon y Pi i Margall, y que contemplaba la facultad de secesión de los federados, no tiene nada que ver con el federalismo que se vive en el mundo actual».

Después de proclamar la crisis definitiva del centralismo, «mal francés», que, como demuestra el modelo alemán frente al francés, «ha desembocado en un bloqueo del desarrollo económico», el profesor García de Enterría coincidió con Merton en que «la lucha contra la burocracia es hoy uno de los verdaderos destinos de nuestro tiempo», por sus riesgos extraordinariamente graves de ineficacia y de rigidez y porque aliena a los destinatarios de su gestión y es una fuente de frustración.

Frente al modelo de Estado centralizado, que llega a su cenit en la Revolución Francesa, y del que dijo el conferenciante que «tuvo el mérito de haber eliminado muchos de los graves inconvenientes del antiguo régimen y que significó igualdad frente a privilegios y unificación del espacio nacional en términos jurídicos y económicos», el profesor García de Enterría presentó la alternativa del modelo autonómico y federal, que «no son principio de desintegración del Estado, sino la fórmula de articular en una nueva y más eficaz estructura ese Estado. Está absolutamente demostrado que los Estados federales son más eficaces que los centralizados», concluyó, después de señalar que las fórmulas descentralizadoras permiten atender mejor «los anhelos de libertad-participación del hombre».

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