Amenaza terrorista a las zonas turísticas

Un sofisticado dispositivo de seguridad intenta impedir en la Costa del Sol los atentados terroristas

Dos compañías de fuerzas especiales de la Policía Nacional y otra de la Guardia Civil han llegado hace dos días desde Madrid a Málaga, dentro del plan de protección coordinado por el Ministerio del Interior, con especial aplicación a la Costa del Sol, para combatir, en lo posible, el terrorísmo contra las zonas turísticas con que amenazó ETApm el pasado sábado. Fuentes del gobierno civil aseguraron ayer que hace dos meses que se suponía la ofensiva de la organización terrorista vasca contra los núcleos turísticos. A las fuerzas de seguridad antes citadas se unirá hoy un equipo especial con sub...

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Dos compañías de fuerzas especiales de la Policía Nacional y otra de la Guardia Civil han llegado hace dos días desde Madrid a Málaga, dentro del plan de protección coordinado por el Ministerio del Interior, con especial aplicación a la Costa del Sol, para combatir, en lo posible, el terrorísmo contra las zonas turísticas con que amenazó ETApm el pasado sábado. Fuentes del gobierno civil aseguraron ayer que hace dos meses que se suponía la ofensiva de la organización terrorista vasca contra los núcleos turísticos. A las fuerzas de seguridad antes citadas se unirá hoy un equipo especial con submarinistas de la Guardia Civil, para rastrear las zonas portuarias, así como dos equipos de artificieros de la Policía Nacional que, actualmente, tienen su sede en la capital malagueña.

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La presencia de las fuerzas de seguridad en la calle, en traje de campaña, es discreta aunque no premeditadamente, ya que según el gobernador civil de la provincia, José Estévez, «la presencia de la Guardia Civil y la Policía Nacional en la calle actúa inhibitoriamente en la delincuencia común» (1.017 presuntos delincuentes han sido detenidos en los últimos días en la Costa del Sol) y «da seguridad al turismo extranjero, más habituado que nosotros a la presencia de la policía en la calle». Ayer, el primer recibimiento que se le hacía al turista a su llegada al aeropuerto de Málaga era un control de carretera de la Guardia Civil.Según las fuentes ya citadas, hace varios meses que se iniciaron las reuniones de gobernadores civiles con expertos en materia de seguridad para combatir una posible segunda edición de la ola de terrorismo antiturístico registrada el año pasado. Tras las primeras reuniones celebradas cuando aún era ministro del Interior el señor Ibáñez Freire, continuaron con el actual ministro, Juan José Rosón. El tema de seguridad en las zonas turísticas del Sur fue ampliamente abordado por los gobernadores durante la reunión que mantuvieron con Adolfo Suárez, cuando este vino a Málaga para intervenir en la clausura del congreso de UCD andaluza. La última reunión se celebró el pasado lunes, día 16, y en ella se ultimaron los detalles de una operación antiterrorista en la que, decisivamente, influye el factor suerte.

Dos atentados

Hasta el momento, se han registrado en la costa dos acciones terroristas. Una de ellas, en la que no se produjo explosión, fue abortada por la policía tras ser avisada del hallazgo de un paquete que habían encontrado jugando unos niños y que contenía un kilo de Goma-2. La segunda acción fue la explosión registrada anteayer en Fuengirola, que no causó ningún daño. Los explosivos, en ambas ocasiones, han sido idénticos, de la misma estructura y activados por pilas de fabricación francesa. El pasado domingo por la noche, varios miles depersonas tuvieron que ser desalojados del parque de atracciones Tivoli-Costa del Sol, en Benalmádena, ante una amenaza de bomba comunicada a Radio Juventud de Málaga. El parque fue desalojado y sometido a un reconocimiento policial, durante el cual no se encontró explosivo alguno, aunque el parque suspendió sus actividades hasta el día siguiente.De cualquier forma, la llamada anónima se presumió como falsa desde un principio, porque según el gobernador civil, «es muy corriente que en estas circunstancias algún desaprensivo aproveche la coyuntura para gastar una broma». Por las experiencias habidas el pasado año, se sabe que los anuncios de explosiones de bombas suelen hacerse a medios de difusión vascos, quienes a su vez los transmiten a la policía y a los medios de comunicación de Málaga. Generalmente, este tipo de información Ilega al gobierno civil vía Ministerio del Interior. La llamada que anunciaba la colocación de una bomba en el Tívolí fue mediante cinta grabada, y la persona, anónima, tenía acento andaluz.

Otra de las suposiciones que se barajan es que, caso de que la actividad terrorista de ETA en la Costa del Sol se cumpla finaImente, tenga unas características más selectivas que el año pasado, y las hipotéticas explosiones de bombas se produzcan en lugares más significativos de lo que es la Costa del Sol. En este sentido, el equipo especial de submarinistas tiene como misión importante el registro e inspección de yates o barcos que pudieran despertar sospecha. Hasta el momento no se ha solicitado protección especial por parte de entidades o particulares.

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Según palabras del gobernador civil, José Estévez, «estamos ante una pura lucubración. Es imposible rastrear cada rincón, cada barco o cada puerto». No obstante, la psicosis de peligro que se desató el año pasado, tras los primeros atentados, aún no se ha producido. Los empresarios turísticos se muestran enormemente reacios a facilitar información sobre la incidencia de las amenazas en el sector, porque piensan que sería agravar en estos momentos las consecuencias de las campañas desatadas en países europeos contra el turismo en España. Tampoco se muestran partidarios de dar cifras exactas sobre el nivel de ocupación previsto que, pese a que durante la Semana Santa fue del orden del 90%, podría seguir la misma tónica pesimista.

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