Un general alemán critica la tecnificación del Ejército de la RFA

Un libro de un general alemán en el que se critica el «excesivo grado de tecnificación» del Ejército germano-occidental, desencadenó una polémica en altos círculos militares de la República Federal de Alemania.En su libro, titulado Centroeuropa, campo de batalla, el general de brigada Franz Uhle-Wetter sostiene la tesis de que la actual estructura del Ejército, a base de unidades mecanizadas y altamente tecnificadas, conduce a las fuerzas armadas a un callejón sin salida desde los puntos de vista tácticos, logístico, financiero y estratégico.

El general aboga por una infanter...

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Un libro de un general alemán en el que se critica el «excesivo grado de tecnificación» del Ejército germano-occidental, desencadenó una polémica en altos círculos militares de la República Federal de Alemania.En su libro, titulado Centroeuropa, campo de batalla, el general de brigada Franz Uhle-Wetter sostiene la tesis de que la actual estructura del Ejército, a base de unidades mecanizadas y altamente tecnificadas, conduce a las fuerzas armadas a un callejón sin salida desde los puntos de vista tácticos, logístico, financiero y estratégico.

El general aboga por una infantería ligera capaz de defender palmo a palmo comarcas, bosques y montes, así como ciudades y zonas industriales.

Según algunos altos mandos del Ejército alemán, el autor del libro infravalora la amenaza de las fuerzas del Pacto de Varsovia, que disponen también de unidades altamente tecnificadas, del tipo de las que critica Uhle-Wetter.

El Pacto de Varsovia cifra su estrategia en un avance rápido y arrollador por territorio enemigo, afirman los críticos.

De ese modo, la OTAN necesita unidades mecanizadas y con una buena dotación de misiles y armas de gran calibre, para hacer frente a ese avance.

Tampoco están de acuerdo los altos mandos del Ejército con los argumentos de Uhle-Wetter, en el sentido de que las tropas mecanizadas resultan tan caras que sólo se puede mantener en pie una parte de las divisiones, y, además, sin la suficiente dotación.

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Según aquéllos, una brigada de infantería ligera, compuesta de unos 5.700 hombres, representa, a lo largo de veinte años, unos gastos, sólo en concepto de personal, de 3.000 millones de marcos (unos 119.000 millones de pesetas).

Por el contrario, una brigada acorazada, con 3.200 hombres, cuesta, durante ese plazo, a pesar de unas inversiones iniciales en armamento superiores (350 millones de marcos frente a 120 millones de marcos; 13.650 millones de pesetas frente a 2.752 millones de pesetas), sólo 2.500 millones de marcos (47.500 millones de pesetas).

Hay otros factores en contra del empleo preponderante de la infantería ligera, como son las mayores dificultades de apoyo aéreo, dirección y funcionamiento de las pequeñas unidades.

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