Oleada de disturbios en Suráfrica, en el cuarto aniversario de la matanza de Soweto

Un policía blanco resultó muerto a puñaladas el pasado domingo en la localidad surafricana de Mfueli, cerca de El Cabo, durante una carga de la policía contra una manifestación de jóvenes de color. Ayer, en Soweto, una joven de color resultó herida de bala por la policía y fue ingresada en un hospital. Varias ciudades surafricanas se adhirieron al paro convocado por organizaciones antisegregacionistas en conmemoración de los incidenies de Soweto, el día 16 de junio de 1976, donde la policía surafricana causó seiscientos muertos entre manifestantes de color opuestos al régimen segregacionista d...

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Un policía blanco resultó muerto a puñaladas el pasado domingo en la localidad surafricana de Mfueli, cerca de El Cabo, durante una carga de la policía contra una manifestación de jóvenes de color. Ayer, en Soweto, una joven de color resultó herida de bala por la policía y fue ingresada en un hospital. Varias ciudades surafricanas se adhirieron al paro convocado por organizaciones antisegregacionistas en conmemoración de los incidenies de Soweto, el día 16 de junio de 1976, donde la policía surafricana causó seiscientos muertos entre manifestantes de color opuestos al régimen segregacionista de Africa del Sur.

El apuñalamiento del policía blanco se produjo en el suburbio negro de Mfueli, próximo a El Cabo, cuando la policía dispersaba, con porras y granadas lacrimógenas, a unos doscientos jóvenes de raza negra, que desafiaron la prohibición de efectuar concentraciones de más de diez personas realizada recientemente por las autoridades surafricanas para impedir disturbios durante la conmemoración de los sucesos de Soweto.Fue en esta populosa ciudad donde ayer se produjeron enfrentamientos entre grupos de manifestantes y policías. Los manifestantes apedrearon varios autobuses que no se habían incorporado, al paro convocado, después de que quedara suspendido un acto en la iglesia católica de Regina Mundi, para evocar los luctuosos sucesos de 1976. Tras los apedreamientos, la policía abrió fuego contra los manifestantes. Una joven resultó herida por los disparos de la policía, que posteriormente informó que sus heridas no revestían gravedad. La joven fue hospitalizada.

El jefe de la policía de Pretoria, general Geldenhuys, que informó ayer de los incidentes del domingo en Mfueli, señaló que las fuerzas del orden se habían mantenido hasta ayer al margen, «pero a partir de ahora, se emplearán otros métodos».

Las autoridades decretaron ayer la prohibición de acceso de los periodistas a los puntos conflictivos, en virtud de que «algunos miembros de la Prensa incitaron a los jóvenes de color a realizar ante ellos demostraciones de oposición a la policía, mediante apedreamientos y hostigamientos». «Unicamente podrán cubrir estas informaciones», dijo un portavoz policial, «periodistas seleccionados, que tendrán escolta».

Los observadores sitúan en la prohibición de reuniones conmemorativas de la matanza de Soweto el origen del actual conflicto, que se ha visto incrementado por el paro de gran parte de la población laboral de color de las principales ciudades surafricanas. El sector textil y el de los descargadores de puertos, sobre todo el de El Cabo, han sido los más afectados por la huelga, si bien los cálculos eran muy contradictorios. Según fuentes de jóvenes de color, las amenazas de despidos a los trabajadores que sigan la huelga hicieron cambiar, según estas fuentes, el curso del paro.

La huelga afecta también a algunas importantes líneas de transporte interurbano, boicoteadas desde hace quince días por sus usuarios. Los autobuses que no se sumaron al paro eran hostigados por jóvenes de color. Importantes centros de enseñanza surafricanos mantienen también desde hace dos semanas una huelga contra las discriminaciones raciales que las autoridades siguen con los estudiantes de color y los mestizos, frente a la población blanca. El paro fue especialmente observado en Ciudad de El Cabo.

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Los comercios de las principales ciudades regentadas por blancos abrieron sus puertas, pese a la ausencia del personal de color. También se produjeron algunos apedreamientos contra estos comercios.

El obispo anglicano de color Desmond Tutu, secretario del Consejo Surafricano de las Iglesias, manifestó ayer que las autoridades eclesiásticas de su país decidieron suspender todos los servicios religiosos, «porque no deseaban exponer a los fieles a una posible actuación de la policía».

La policía ha practicado varias detenciones, entre éstas las de cinco jóvenes manifestantes en la ciudad de Atteridgeville, cerca de Pretoria, donde las fuerzas antidisturbios realizaron disparos.

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