Censura y estrategias

La moción de censura al presidente Suárez presentada por los grupos parlamentarios socialistas responde, según algunos analistas, a la estrategia «gran coalición» que el PSOE inició el invierno pasado, a los tres meses de la edición extraordinaria de su 28º congreso. Esta fue la estrategia del SPD alemán para poner a Willy Brandt en la cancillería de Bonn hace años. Esta parece ser la actual puesta en escena de los socialistas españoles.Derrotada el próximo miércoles la moción de censura, es previsible que Felipe González sea vuelto a proponer como presidente del Gobierno en el próximo otoño, ...

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La moción de censura al presidente Suárez presentada por los grupos parlamentarios socialistas responde, según algunos analistas, a la estrategia «gran coalición» que el PSOE inició el invierno pasado, a los tres meses de la edición extraordinaria de su 28º congreso. Esta fue la estrategia del SPD alemán para poner a Willy Brandt en la cancillería de Bonn hace años. Esta parece ser la actual puesta en escena de los socialistas españoles.Derrotada el próximo miércoles la moción de censura, es previsible que Felipe González sea vuelto a proponer como presidente del Gobierno en el próximo otoño, simultáneamente a la celebración del segundo congreso del partido centrista, o inmediatamente después, si el resultado final de aquél pudiera permitir entonces la ruptura hoy descartada de las filas de UCD.

La primera legislatura constitucional de Adolfo Suárez se vería jalonada así de mociones de censura que irían socavando el capital político del hombre a cuyo alrededor se construyó el partido protagonista del cambio.

Quienes así razonan en el área socialista parten del cálculo de que sin Suárez al frente de una UCD tal cual hoy es, el camino hacia el poder se trocaría en fácil sendero para Felipe González, pasando por una coalición con UCD formalmente capitaneada por alguna figura del centro de corte derechista. En el centro de UCD hay quienes coinciden en el designio de eliminar a Suárez al estimar, por el contrario, que hay que afrontar las elecciones del 83 con otro líder para ganarlas.(...)

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Si el rechazo a la moción de censura socialista no alcanza Ios 184 votos obtenidos por Suárez en su investidura, el 30 de marzo de 1979, el PSOE argumentará con el deterioro del presidente. Si el PSOE no tiene en favor del candidato Felipe González más votos que los propios y los anunciados por los comunistas, su desgaste quedará patente. Se habría entrado nuevamente, por ambas partes, UCD y PSOE, en la perversión dialéctica de tomar los errores ajenos por aciertos propios. Con daño al propio sistema democrático.

26 de mayo

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