Persisten divergencias sobre las diputaciones entre la izquierda y Convergencia

La Diputación de Barcelona, reunida en sesión plenaria, aprobó ayer por unanimidad una moción presentada por los diputados provinciales socialistas y comunistas por la que se pide al Parlamento de Cataluña la «rápida discusión y aprobación de una ley sobre transferencia plena, inmediata y eficaz de los servicios de las cuatro diputaciones catalanas a la Generalidad».

El contenido de la citada moción difiere del decreto firmado por el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, hecho público anteanoche y por el que se traspasa a la Generalidad sólo la titularidad de las diputaciones, mant...

La Diputación de Barcelona, reunida en sesión plenaria, aprobó ayer por unanimidad una moción presentada por los diputados provinciales socialistas y comunistas por la que se pide al Parlamento de Cataluña la «rápida discusión y aprobación de una ley sobre transferencia plena, inmediata y eficaz de los servicios de las cuatro diputaciones catalanas a la Generalidad».

El contenido de la citada moción difiere del decreto firmado por el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, hecho público anteanoche y por el que se traspasa a la Generalidad sólo la titularidad de las diputaciones, manteniendo dichos organismos provinciales la gestión de sus servicos.El decreto de Jordi Pujol fue calificado por los representantes de la izquierda en la diputación de «proyecto tímido» y «golpe de efecto superficial, que no presupone la desaparición efectiva de las diputaciones». Dos diputados provinciales del PSUC llegaron a insinuar, incluso, la posible anticonstitucionalidad del decreto. «El secretario general de la diputación», manifestaron, «quizá tenga algo que señalar al respecto. Pujol basa su decreto en un Real Decreto de 30 de septiembre de 1977, sobre el restablecimiento de la Generalidad. Habría que ver si este decreto no está ahora derogado debido a la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía».

El diputado provincial socialista Antoni Dalmau, calificó el decreto de Pujol, «como insuficiente, a pesar de un paso adelante». Y añadió: «Le falta la disposición legislativa que conlleve el traspaso efectivo y la desaparición de las diputaciones». Por ello no dudó en calificar la moción como «un complemento necesario al decreto de Pujol. El pueblo no debe pensar que ha terminado el proceso de desaparición de las diputaciones».

Fue precisamente este carácter de «complemento» que la moción aprobada tiene con relación al decreto firmado por Pujol, lo que hizo que la moción fuera aprobada por unanimidad, es decir, tanto por socialistas y comunistas como por Convergencia y los centristas.

El principal recelo que subsiste en el seno de los partidos de izquierda es en torno al próximo paso que Pujol pueda dar en el tema de las diputaciones. Para los socialistas, el Parlamento debería elaborar -en la línea de la moción aprobada ayer- una ley de traspaso rápido y efectivo de las diputaciones. Por el contrario, temen que Pujol utilice el traspaso de la titularidad para alargar la pervivencia de la estructura provincial -Convergencia y centristas dominan las diputaciones de Tarragona, Lérida y Gerona- ostentando, por otro lado, el control político de tales organismos.

Socialistas y comunistas, por su parte, propugnan también la sustitución de los organismos provinciales por consejos comarcales. La formación de estos consejos debería hacerse bajo criterios de proporcionalidad en base a los resultados obtenidos en las pasadas elecciones municipales. Con ello cambiaría notablemente -en favor de la izquierda-, la correlación de fuerzas existentes en la actualidad en las diputaciones.

Este correctivo es evitado por Pujol (que controla las dos diputaciones) con el sólo traspaso de la titularidad de las corporaciones provinciales y el mantenimiento de los organismos provinciales como órganos de gestión mientras no se discuta en el Parlamento catalán la ley de Régimen Local para Cataluña.