Protocolo británico y alegría africana en la acogida a Juan Pablo II en Kenia

Kenia, uno de los principales países de Africa oriental, tributó, ayer por la tarde, un cálido homenaje al papa Juan Pablo II, que llegó a esta capital, tercera etapa de su periplo africano, desde Kisangani (Zaire).Este es el primero de los dos países de expresión anglófona (si bien el idioma oficial aquí es el swahili) que visita esta vez el Papa polaco, antes de viajar desde aquí, el jueves, a Ghana.

La bienvenida al pontífice, en el nuevo aeropuerto de Embakasi, a diecisiete kilómetros de la capital, fue una mezcla de solemnidad británica (esta antigua colonia británica alcanzó l...

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Kenia, uno de los principales países de Africa oriental, tributó, ayer por la tarde, un cálido homenaje al papa Juan Pablo II, que llegó a esta capital, tercera etapa de su periplo africano, desde Kisangani (Zaire).Este es el primero de los dos países de expresión anglófona (si bien el idioma oficial aquí es el swahili) que visita esta vez el Papa polaco, antes de viajar desde aquí, el jueves, a Ghana.

La bienvenida al pontífice, en el nuevo aeropuerto de Embakasi, a diecisiete kilómetros de la capital, fue una mezcla de solemnidad británica (esta antigua colonia británica alcanzó la independencia el 12 de diciembre de 1963), con un perfecto protocolo, y de alegría africana, con cantos y bailes tradicionales.

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Para recibir al Papa se habían reunido en el aeropuerto, muy ordenadamente, varios miles de personas en torno al presidente de la República, Daniel Arap Moi, los miembros del Gobierno, el cardenal Maurice Otunga, arzobispo de Nairobi, todos los obispos del país y de otras naciones de Africa oriental, así como obispos de las iglesias ortodoxa griega y copta ortodoxa, etcétera.

El Papa, en el mismo aeropuerto, agradeció a todos «la tradicional hospitalidad africana» y expresó su satisfacción por el respeto a las religiones que existe en el país y la colaboración de todos los creyentes en la edificación del porvenir de Kenia, en la promoción de su prosperidad y en la preservación de su identidad cultural.

A todos, dijo el pontífice que su visita era la de «un hermano que ha venido desde Roma».

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Tras unas breves palabras de saludo el lengua swahili, que fueron ovacionadas, el pontífice dijo que venía también para una visita pastoral a la iglesia en Kenia.

Finalmente, el Papa se dirigió a los jóvenes, que representan la mitad de los dieciséis millones de habitantes del país, y para quienes existe un serio problema de empleo. Les exhortó a ser ellos mismos, a ser generosos, buenos ciudadanos y a creer en el amor y en el futuro.

El sol lucía en el aeropuerto y todavía en la ciudad cuando el Papa llegó a ella, para un primer encuentro pastoral en la catedral de la Sagrada Familia.

En una breve alocución, antes del canto del Credo y la bendición apostólica, el Pontífice saludó a todos los miembros de la Iglesia católica en Kenia y subrayó su comunión con la Iglesia universal en el resto de Africa y en el mundo.

El Papa tuvo palabras especiales para los padres de familia, los catequistas, los religiosos, las religiosas los sacerdotes y los obispos. Era ya de noche y la lluvia cayó de repente, abundante, mientras se oían en el templo las aclamaciones de la muchedumbre.

Por la noche, en la nunciatura apostólica, que es su residencia aquí, el Papa recibió a los miembros del cuerpo diplomático acreditado aquí y de organizaciones de Naciones Unidas que tienen aquí su sede, para afirmarles su confianza en el futuro de Africa y lanzar a la opinión pública mundial un llamamiento de solidaridad a favor de los refugiados en Africa.

Editorial en página 10

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