Yugoslavia, mosaico de lenguas, culturas y nacionalidades

Yugoslavia, Estado federado que cuenta con poco más de medio siglo de historia común, está constituida por seis repúblicas, dos regiones autónomas, seis nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones y dos alfabetos.El proceso de integración de los pueblos de Yugoslavia se inició en el siglo XIX. El 1 de diciembre de 1918 fue proclamado el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos; y, en 1919, adoptó el nombre de Reino de Yugoslavia (de los eslavos del Sur). Ocupada en la segunda guerra mundial por la Alemania nazi y la Italia fascista, y liberada por la resistencia de los partisanos comunist...

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Yugoslavia, Estado federado que cuenta con poco más de medio siglo de historia común, está constituida por seis repúblicas, dos regiones autónomas, seis nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones y dos alfabetos.El proceso de integración de los pueblos de Yugoslavia se inició en el siglo XIX. El 1 de diciembre de 1918 fue proclamado el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos; y, en 1919, adoptó el nombre de Reino de Yugoslavia (de los eslavos del Sur). Ocupada en la segunda guerra mundial por la Alemania nazi y la Italia fascista, y liberada por la resistencia de los partisanos comunistas, el 29 de noviembre de 1945 fue proclamada la República Popular Federativa de Yugoslavia.

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Estado de carácter socialista, se ha mantenido neutral y celoso de su independencia desde que, en 1948, fuera expulsado de la Komiform, a raíz del enfrentamiento de Tito con Stalin.

El país está situado en la península Balcánica -su costa se enfrenta a Italia en el mar Adriático- y tiene una superficie de 255.804 kilómetros cuadrados. Su población alcanza los veintidós millones de habitantes y constituye un auténtico mosaico de lenguas, culturas y nacionalidades. Los pueblos de Yugoslavia son: los montenegrinos, los croatas, los macedonios, los musulmanes, los eslovenos y los serbios. A éstos hay que añadir un variado conglomerado de poblaciones de otras nacionalidades (albaneses, húngaros, turcos, eslovacos, búlgaros, checos, rumanos, rutenos, valacos, italianos). Se usan dos alfabetos, el cirílico y el latino, y todos los idiomas de los pueblos y nacionalidades gozan de los mismos derechos.La República Socialista Federativa de Yugoslavia está compuesta por seis repúblicas (Bosnia y Hercegovina, Montenegro, Croacia, Macedonia, Eslovenia y Serbia) y por dos provincias autónomas (Vojvodina y Kosovo, que se encuentran dentro de la composición de la República Socialista de Serbia). Es una democracia popular con régimen de partido único (Liga de los Comunistas Yugoslavos).El órgano supremo del poder político lo constituye la Asamblea, compuesta de dos consejos: el Consejo Federal y el Consejo de las Repúblicas y Provincias. El Consejo Federal está compuesto por veinte delegados de cada una de las dos provincias y treinta delegados por cada república. El Consejo de las Repúblicas y Provincias está formado por doce delegados de cada Asamblea de las repúblicas y ocho de las asambleas de cada provincia autónoma.El Gobierno (Consejo Ejecutivo Federal) es el órgano ejecutivo de la Asamblea. El poder está descentralizado y cada república y provincia cuenta con su Asamblea, su Gobierno y su Presidencia. Al frente del Estado se encuentra la Presidencia, organismo colectivo compuesto por ocho miembros, uno por cada república.Conservando su carácter de Estado socialista, Yugoslavia inició una evolución política, a partir de 1948, que la diferenciaba de los otros países del este europeo. El régimen, calificado de titismo, se fundamentaba en la puesta en práctica de «una vía autónoma hacia el socialismo». Rechazando la planificación autoritaria, Yugoslavia instauró un modelo económico basado en la autogestión de las fábricas por los comités obreros.

Considerada como uno de los aspectos más originales del sistema yugoslavo, la autogestión ha sido definida por sus defensores como una nueva forma de las relaciones de producción para pasar de un sistema de relaciones jerárquicas y desiguales a un sistema de trabajo asociado y de igualdad. El sistema fue criticado desde la izquierda, que denunció la acentuación de las diferencias sociales en beneficio de las empresas y regiones másdesarrolladas. Por su parte, los economistas occidentales no dejaron de mostrar su perplejidad ante un sistema con mecanismos típicos de la economía de mercado, especialmente la competencia entre las empresas, pero con procesos de decisión fundamentalmente diferentes. La autogestión yugoslava ha funcionado como un mecanismo fundamental para «federalizar la Federación», en frase de su principal teórico, Edvard Kardelj. Los numerosos desajustes que se han producido con su aplicación, especialmente de tipo inflacionario, parecen haberse originado por la supresión de la planificación centralizada sin haber conseguido instaurar plenamente la planificación autogestionada.

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