Ofensiva Palestina en Cisjordania contra la ocupación israelí

El atentado efectuado el viernes por la tarde en la ciudad de Hebrón por un comando palestino es el más importante registrado en los territorios ocupados por Israel desde 1967 y parece indicar la existencia de una resistencia armada en el interior de Cisjordania.

El atentado, consecuencia directa de la tensión que reinaba estas últimas semanas en los territorios ocupados por Israel, se saldó con un balance de cinco seminaristas judíos muertos y dieciséis heridos. Varios palestinos tendieron una emboscada a un grupo de jóvenes judíos -chicos y chicas- que acababan de rezar ante la tumba ...

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El atentado efectuado el viernes por la tarde en la ciudad de Hebrón por un comando palestino es el más importante registrado en los territorios ocupados por Israel desde 1967 y parece indicar la existencia de una resistencia armada en el interior de Cisjordania.

El atentado, consecuencia directa de la tensión que reinaba estas últimas semanas en los territorios ocupados por Israel, se saldó con un balance de cinco seminaristas judíos muertos y dieciséis heridos. Varios palestinos tendieron una emboscada a un grupo de jóvenes judíos -chicos y chicas- que acababan de rezar ante la tumba de los Patriarcas, donde están enterrados Abraham, Isaac y Jacob. En un primer acto de represalia, tres dirigentes palestinos fueron deportados por las autoridades hebreas a la frontera libano-israelí, desde donde se desplazaron a Beirut. En la capital de Líbano lanzaron un llamamiento pidiendo «una revolución total» en los territorios ocupados.El ataque amenaza también las ya de por sí frágiles conversaciones tripartitas sobre la autonomía palestina que Estados Unidos, Egipto e Israel mantienen en las afueras de Tel Aviv.

Los medios de comunicación árabes destacaron ayer el atentado de Hebrón, al que describen como un paso más hacia la «heroica insurrección palestina», y coinciden en calificar el ataque como una prueba del rechazo total de los árabes hacia las conversaciones tripartitas y los acuerdos de Camp David.

Dada la situación geográfica de Hebrón, la cuarta ciudad de la Cisjordania ocupada, a unos veinte kilómetros de Jerusalén, parece muy difícil que los autores del atentado hayan sido comandos infiltrados, sino más bien activistas que viven en el interior. Los atacantes utilizaron granadas de mano y ametralladoras, al emboscar a un grupo de estudiantes israelíes de Teología que regresaba de una visita a la tumba de Abraham, un lugar santo para musulmanes y judíos. La creación de esta escuela de Teología en Hebrón, el pasado mes de febrero, valió a Israel la condena del Consejo de Seguridad de la ONU.

En una conferencia de prensa celebrada ayer en Beirut, los tres líderes palestinos expulsados por Israel, entre los que está el alcalde de Hebrón, Fahd Kawasme, anunciaron su intención de regresar a su tierra «por la paz o por la guerra». Otro tipo de respuesta israelí se esperaba anoche en Beirut, aunque quizá no se produzca hasta después de la reunión del Gabinete de Menájem Beguin prevista para el domingo.

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El sur de Líbano teme las represalias israelíes

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En anteriores ocasiones, los israelíes han atacado campamentos palestinos al sur de Líbano como represalia, y desde la madrugada de ayer las fuerzas palestinas en esa región están en estado de alerta máxima.

Los negociadores egipcio y norteamericano, Mustafa Jalil y Sol Linowitz, respectivamente, conde naron el atentado de Hebron en términos duros, mientras que el ministro de Defensa israelí, Ezer Weizman, se refería a él como una prueba más de que Israel debe encargarse de mantener la seguridad en Cisjordania, cualquiera que sea el grado de autonomía que se conceda a los palestinos que habitan este territorio ocupado en la guerra de 1967. Ello, claro está, en el caso bastante improbable de que las conversaciones tripartitas puedan fructificar en un acuerdo antes de la fecha límite del 27 de mayo.

En Kuwait, donde se encuentra actualmente el líder de la OLP, Yasir Arafat, el máximo dirigente palestino declaró que el atentado de Hebron «era la respuesta del pueblo palestino a la conspiración de Camp David y a la política de implantación de asentamientos judíos en Cisiordania».A propósito de Camp David y de las negociaciones previstas en el tratado de paz sobre la autonomía palestina, que se desarrollan actualmente en la localidad de Herzlyia, cerca de Tel Aviv, la prensa cairota afirma que la delegación egipcia ha tenido que rechazar en bloque las últimas propuestas israelíes por considerarlas demasiado restrictivas. Los negociadores egipcios han recomendado la suspensión provisional de las negociaciones, que teóricamente deberían finalizar el próximo 26 de mayo.Posible reacción chiitaEl incremento de la violencia en Cisjordania, donde murió el Jueves un joven palestino y se registraron, horas después, enfrentamientos entre manifestantes y soldados israelíes, fue acompañado por unas declaraciones del gobernador militar israelí, general Ben Eliezev, en las que se refirió a un «nuevo fenómeno» presente en la zona, a causa de la determinación de los árabes de hacer frente al Ejército israelí, algo que antes no sucedía.

Un nuevo elemento de tensión en la ya de por sí explosiva área fue el asesinato de un importante líder religioso chiita en Beirut el viernes por la tarde. El imán Hassan al Chirazi, de origen iraní, pero nacionalizado libanés, fue acribillado a balazos cuando salía de su residencia por unos desconocidos que lograron darse a la fuga.

Un grupo de activistas islámicos reivindicó ayer el asesinato en una declaración en la que se hablaba de la detención en Irán del ayatollah Chariat Madari, líder religioso de Tabriz. Este aspecto fue, al parecer, desmentido en Teherán, pero no está clara la autoría del crimen, que, por supuesto, algunos atribuyen a los servicios secretos iraquíes. Por el momento no ha habido reacción de los casi 900.000 chiitas que viven en Líbano, aunque se temen nuevos actos de violencia. Los disparos que se escuchan esporádicamente en Beirut son los «habituales» en esta ciudad, según sus habitantes, y no suponen un empeoramiento de la situación.El embajador norteamericano en Beirut negó ayer haber mantenido contactos con el dirigente chiita asesinado. La Organización Revolucionaria Islámica que reivindicó el atentado calificó al imán Chirazi de «conocido traidor por sus contactos permanentes con el embajador de EE UU»

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