Tribuna:SPLEEN DE MADRID

Los hombres / paradoja

La paradoja, que había sido una especie de juego de manos que Oscar Wilde hacía con su pañuelo verde, en los salones victoriano / isabelinos, se convierte en el instrumento de trabajo, análisis y crítica destructiva (no hay otra) de Roland Barthes, a quien, como han recordado aquí Ullán y Cueto, tanto caudal debemos todos, siquiera sea el nuestro un caudal en calderilla.Lo cual que, Como homenaje / plinto / monolito / menhir / columna al muerto, quisiera ésta que lo es de tipografía explicar que la paradoja (más wildeana que barthiana) ha sido también el arma blanca y arro...

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La paradoja, que había sido una especie de juego de manos que Oscar Wilde hacía con su pañuelo verde, en los salones victoriano / isabelinos, se convierte en el instrumento de trabajo, análisis y crítica destructiva (no hay otra) de Roland Barthes, a quien, como han recordado aquí Ullán y Cueto, tanto caudal debemos todos, siquiera sea el nuestro un caudal en calderilla.Lo cual que, Como homenaje / plinto / monolito / menhir / columna al muerto, quisiera ésta que lo es de tipografía explicar que la paradoja (más wildeana que barthiana) ha sido también el arma blanca y arrojadiza de dos filos del escritor español contra los censores de la cosa. La paradoja es el bolígrafo-pistola de quienes no usamos pistola, sino bolígrafo, y como ya vuelve el español donde solía, el villano a su rincón y Calderón (ya que no Lope) al Español, con Aurora Bautista y Charo Soriano, voy a poner algunos ejemplos urgentes de hombres/paradoja:

Tarradellas: era la izquierda en el exilio y hoy es el exilio en la derecha.

Arconada: en calma es un puro euskera, pero furioso en el fútbol, él es la furia española.

Vizcaíno-Casas: a medida que gana adictos, pierde lectores. El fanatizado ya no lee.

Yolanda González/Pilar Miró: el crimen de Yolanda fue un error y el error de Pilar contar un crimen (que nunca ocurrió).

Otamendi: metió el Metro en Madrid para viajar barato y ahora el Metro sólo lleva duquesas, de tan caro.

Bueno Monreal: dispensa del ayuno a los andaluces, en Semana Santa. El resto del año, muchos andaluces (parados) ayunan sin dispensa.

Buñuel: ha quedado como surrealista porque hizo dos películas con Dalí, mientras que a Dalí (padre del invento) le echaron del surrealismo.

Antonio Garrigues: hizo falta vestirle de Supermán para comprobar que no se parece nada.

Felipe González: desde que dejó a Marx de su mano, parece dejado de la mano de Dios.

Fraga Iribarne: en Londres se le pone cara de bombín y en Madrid cara de tricornio. Es un temperamental que administra muy bien su temperamento.

Azaña: como buen presidente, tenía algo de alcalde de la República.

Tierno: como buen alcalde, tiene algo de presidente.

Arias-Salgado: como los Hermanos Marx, parecen más graciosos porque son muchos.

Solís Ruiz: va al Siglo XXI para hacemos sentir a todos consejeros nacionales del Movimiento.

Banús: pese a la reforma fiscal, su barca sigue siendo la mejor del Puerto.

Martín Villa: era como si Suárez le tuviese castigado de rodillas. Ponía cara de último de la clase. Ahora todos quieren parecer el primero.

Blas Piñar: no usa bolígrafo.

Garaikoetxea: las más legendarias nacionalidades autonómicas han votado en cada sitio al separatista más madrileñizado.

Suárez: gracias a que su partido pierde en las regiones, él puede entenderse con los regionalistas.

Manuel Clavero; está entre Poujade y Lola Flores.

Alvarez/Alvarez: nada que ver con lo antedicho sobre Azaña, Tierno, alcaldes, presidentes, republicanos y hombres-que-han-hecho-historia.

Marisa Medina: cuando se tienen tantas vocaciones hay que acabar conformándose con un empleo: locutora de continuidad.

Franco: un pragmático hace 100.000 fanáticos. O un millón.

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