Cartas al director

¿Libertad de enseñanza?

La Coordinadora de Cristianos de Madrid quiere hacer algunas puntualizaciones ante la opinión pública sobre el Estatuto para los Centros Docentes no Universitarios, recientemente aprobado en el Congreso de los Diputados.Parece que se ha identificado Iglesia e instituciones católicas con la defensa de la llamada «libertad de ensefianza». En nombre de las comunidades de base que representamos, queremos aclarar que nosotros somos también partida-

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rios de la libertad de enseñanza, pero la entendemos deforma distinta a com...

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La Coordinadora de Cristianos de Madrid quiere hacer algunas puntualizaciones ante la opinión pública sobre el Estatuto para los Centros Docentes no Universitarios, recientemente aprobado en el Congreso de los Diputados.Parece que se ha identificado Iglesia e instituciones católicas con la defensa de la llamada «libertad de ensefianza». En nombre de las comunidades de base que representamos, queremos aclarar que nosotros somos también partida-

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rios de la libertad de enseñanza, pero la entendemos deforma distinta a como la consagra el Estatuto de Centros, recién aprobado.

Entendemos que el Estatuto de Centros atenta, en primer lugar, contra la libertad de conciencia al legalizar un «ideario de centro», por lo que no puede defender al mismo tiempo la «libertad de enseñanza».

El Estatuto de Centros sanciona con rango de ley orgánica nada menos qué los privilegios de la enseñanza privada. Es claro que la -Iglesia -principal promotora de centros privados- debía haber renunciado ya hace tiempo a esos privilegios, que sólo van a conducir a la pervivencia y acentuación del clasismo- en la enseñanza.

Creemos que una política de financiación indiscriminada de la enseñanza privada atenta contra el derecho elemental a la igualdad de oportunidades, que debemos defender como católicos y como ciudadanos.

En una escuela pluralista, a la que tanto se ha atacado en nombre de principios religiosos se respeta más la libertad de conciencia y de enseñanza. No estamos porque los católicos vivan en guetos para conservar sus convicciones y su fe. Nos parece que se ha planteado intencionadamente la discusión sobre los dos modelos educativos en pugna, como una cuestión de conciencia en el marco de «una guerra de religión», y para difuminar los auténticos fines crematísticos, ocultos bajo el hermoso eslogan de «la libertad de enseñanza», sin ningún respeto para las ideas y convicciones ajenas.

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