Los países nórdicos discrepan sobre la situación internacional

Las buenas relaciones y el equilibrio entre los países nórdicos están siendo sometidos a prueba en las deliberaciones de la vigésima octava sesión del Consejo Nórdico, que se están desarrollando en Reykjavik, Islandia. Pese a las disposiciones que rigen el funcionamiento de este organismo -que excluyen expresamente la consideración de aspectos referentes a la política exterior y defensa de los países miembros, y a la exhortación que en el mismo sentido formuló el socialdemócrata Olof Palme en su discurso de apertura, no ha sido posible soslayar los probIemas internacionales y, particularmente,...

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Las buenas relaciones y el equilibrio entre los países nórdicos están siendo sometidos a prueba en las deliberaciones de la vigésima octava sesión del Consejo Nórdico, que se están desarrollando en Reykjavik, Islandia. Pese a las disposiciones que rigen el funcionamiento de este organismo -que excluyen expresamente la consideración de aspectos referentes a la política exterior y defensa de los países miembros, y a la exhortación que en el mismo sentido formuló el socialdemócrata Olof Palme en su discurso de apertura, no ha sido posible soslayar los probIemas internacionales y, particularmente, el enfrentamiento entre las diferentes posiciones respecto a la política de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.Especialmente encontradas son, en este punto, las posiciones de Finlandia y Noruega, miembro este último, como se sabe, de dicha organización y abiertamente favorable a la política de Estados Unidos sobre defensa de Europa.

Las discrepancias se hicieron evidentes cuando, en la sesión del martes, la delegada del Partido Comunista de Finlandia, Inger Hirvello, y el representante del partido de Izquierda Socialista lanzaron un duro ataque a la política de la OTAN y a la posición de Noruega.

En su respuesta, el líder parlamentario conservador noruego, Kore Willoch, destacó que nadie puede pensar que las bases noruegas puedan tener una intención agresiva contra ninguno de los países nórdicos.

A su vez, el primer ministro danés, el socialdemócrata Anker Joergensen, condenó la intervención soviética en Afganistán.

Finlandia es especialmente sensible al problema de la OTAN en virtud de sus buenas relaciones con la Unión Soviética. Una Europa nórdica libre de armas atómicas, subrayó el dirigente finlandés, es la mejor garantía de la neutralidad y seguridad de toda la región.

El Consejo Nórdico está compuesto por representantes de los Parlamentos de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, y otras autoridades. Creado en 1952 para trabajar conjuntamente en problemas afines, sus resoluciones no tienen mandato imperativo para los respectivos Gobiernos, pero muchas de sus recomendaciones han sido recogidas y aplicadas por los países miembros.

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