Juicio por la matanza de Atocha

Antes y ahora de una confesión

En la larga declaración -tres horas y media- de Fernández Cerrá, fueron frecuentes las contradicciones entre lo que manifestaba ante el tribunal y lo que afirmó en su día ante la policía y ante el juez instructor, declaraciones que obran en el sumario. El propio presidente del tribunal le- recordó al procesado esas contradicciones, advertencia que le reiteró el representante del ministerio fiscal y que los abogados de la acusación particular no dejaron de subrayar. El procesado dio como explicación, generalmente, que en aquellas declaraciones «se expresó muy mal».La primera contradicción se ce...

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En la larga declaración -tres horas y media- de Fernández Cerrá, fueron frecuentes las contradicciones entre lo que manifestaba ante el tribunal y lo que afirmó en su día ante la policía y ante el juez instructor, declaraciones que obran en el sumario. El propio presidente del tribunal le- recordó al procesado esas contradicciones, advertencia que le reiteró el representante del ministerio fiscal y que los abogados de la acusación particular no dejaron de subrayar. El procesado dio como explicación, generalmente, que en aquellas declaraciones «se expresó muy mal».La primera contradicción se centra en la relación del procesado con el policía Antonio González Pacheco. En el sumario afirma que el citado policía fue a visitarle cuando estaba detenido. En el juicio lo negó y añadió que tampoco le conocía. «Me expresé muy mal en esa declaración. Esa es la única razón», respondió el procesado cuando el presidente del tribunal inquirió la causa de esa rectificación.

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Otra contradicción es la referente a la misión, que le encomendo Albaladejo. En las primeras declaraciones manifestó que le encomendó dar un escarmiento a Navarro, mientras que ahora lo negó. Según declaró ayer en el juicio, también se expresó mal en aquella ocasión. Igualmente, en las primeras declaraciones manifestó que, después de ocurridos los hechos, informó de ellos a Albaladejo, y ahora lo niega. En sus primeras declaraciones, nunca dijo que las víctimas le hubieran insultado a él y a García Juliá; ahora dice que les llamaron «fascistas» y «cerdos». También en sus primeras declaraciones afirmó que no hubo intercambio de palabras entre los autores de los disparos y las víctimas; ahora dice que sí. Finalmente, en las declaraciones ante la policía y el juez admitió que afirmó, después de cometidos los asesinatos, que lo que acababan de hacer «podía ser un golpe muy duro para el Gobierno». Ahora afirma, tras la insistencia de la acusación particular, que «tal vez lo dije».

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