La retirada siria de Beirut puede crear un vacío favorable a la guerra civil en Líbano

Siria ha retrasado cuatro días la retirada de sus fuerzas estacionadas en Beirut, especialmente de las líneas que separan los barrios cristianos de las zonas palestinas e islámicos progresistas. Este «vacío» que dejarían los sirios, preocupa en Estados Unidos por el aumento de la tensión en una zona geográfica ya de por sí muy agitada por los acontecimientos de Irán y Afganistán. También en Israel temen que esta retirada puede dar paso a un redespligue sirio en el sureste libanés.

En principio, el repliegue debía haberse iniciado el lunes pasado. El retraso de la retirada siria fue deci...

Siria ha retrasado cuatro días la retirada de sus fuerzas estacionadas en Beirut, especialmente de las líneas que separan los barrios cristianos de las zonas palestinas e islámicos progresistas. Este «vacío» que dejarían los sirios, preocupa en Estados Unidos por el aumento de la tensión en una zona geográfica ya de por sí muy agitada por los acontecimientos de Irán y Afganistán. También en Israel temen que esta retirada puede dar paso a un redespligue sirio en el sureste libanés.

En principio, el repliegue debía haberse iniciado el lunes pasado. El retraso de la retirada siria fue decidido tras las conversaciones mantenidas el lunes en Damasco por el primer ministro libanés, Selim El Hoss, que se trasladó a la capital siria para conseguir ganar tiempo, con vistas a adoptar las medidas de seguridad pertinentes.La decisión siria sorprendió tanto a las autoridades de Beirut como a los dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestino (OLP), cuyo máximo líder, Yasser Arafat, se encontraba en Damasco el domingo.

Ninguna explicación oficial ha sido suministrada por el régimen de Damasco sobre esta decisión. Un alto funcionario gubernamental sirio describió, en privado, el plan de retirada como una maniobra del presidente sirio, Hafez el Assad, de cara a palestinos, norteamericanos, saudíes y otros países árabes, con el fin de reforzar el papel de Siria en la región.

Quizá como consecuencia derecta de la decisión siria de retrasar la retirada, cesaron ayer en Beirut los enfrentamientos que se iniciaron en la madrugada del lunes.

La evacuación siria dé la capital libanesa crearía un vacío difícil de llenar por el momento en el campo de la seguridad. El Ejército libanés, cuya reestructuración está todavía en curso, no está capacitado para tomar el relevo de los sirios en estos momentos. Todas las facciones comprometidas en el problema libanés se han visto sorprendidas por la decisión siria y temen el relanzamiento de la guerra civil, que provocó la entrada del contingente sirio en Líbano en noviembre de 1976.

Se calcula que Siria cuenta en Líbano con unos 30.000 soldados, encuadrados en el marco de una fuerza árabe de disuasión, cuya entrada en la contienda civil tenía como objetivo pacificar Líbano y garantizar su integridad y unidad territorial. Otros países árabes aportaron contingentes simbólicos a esta fuerza, pero acabaron retirándolos paulatinamente.

En Washington, el Gobierno norteamericano consideró el lunes que la retirada de Líbano de los sirios iba a crear «una situación muy peligrosa». Según manifestó un alto funcionario del Departamento de Estado, «había que temer nuevas pruebas de fuerza entre los palestinos y las milicias cristianas, en un momento en que la situación de la región es ya tensa».

Mientras tanto, en Israel, los especialistas en temas militares de la prensa israelí afirman que este país no permanecerá con los brazos cruzados si persisten los ataques palestinos en el sur de Líbano y si los soldados sirios son retirados de Beirut para ser desplegados en las fronteras del sureste libanés. Incluso, uno de estos periódicos, el nacionalista Maariv, apunta que en ese caso no habría más remedio que llevar a cabo una nueva ocupación del sur libanés.

Línea defensiva

En estos mismos medios se cree que Siria tiene la intención de desplazar su contingente estacionado en Beirut y sus cercanías, as! como en Trípoli y otras ciudades hacia el valle y los montes de Líbano, en el sureste del país, con el fin de «crear una línea defensiva fortificada».