Treinta y cinco personas murieron en la rebelión de la penitenciaria de Santa Fe

Agencias
Santa Fe(Nuevo México, EEUU) -

Encerrarse en la cámara de gas o en los sótanos de la prisión fueron las únicas posibilidades que les quedaron a los guardianes de la prisión de Santa Fe que lograron salvar su vida en un motín en el que murieron 35 personas y desaparecieron quince presos.La revuelta comenzó el sábado por la mañana. Entonces, una ronda de vigilancia recorría la prisión y descubrió a dos reclusos que bebían licor de fabricación casera. Los presos golpearon a los guardianes les quitaron las llaves y llamaron a la rebelión a los más de 1.200 hombres que se encontraban recluidos en Santa Fe.

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Encerrarse en la cámara de gas o en los sótanos de la prisión fueron las únicas posibilidades que les quedaron a los guardianes de la prisión de Santa Fe que lograron salvar su vida en un motín en el que murieron 35 personas y desaparecieron quince presos.La revuelta comenzó el sábado por la mañana. Entonces, una ronda de vigilancia recorría la prisión y descubrió a dos reclusos que bebían licor de fabricación casera. Los presos golpearon a los guardianes les quitaron las llaves y llamaron a la rebelión a los más de 1.200 hombres que se encontraban recluidos en Santa Fe.

Hacía tiempo que los presos se quejaban entre sí del exceso de población penitenciaria que alojaba la cárcel en la que se encontraban encerrados. Este malestar previo bastó para que el incidente sirviera de detonante. Un grupo de presos aprovechó la circunstancia para invadir la enfermería y robar drogas.

Luego se inició una larga lucha entre reclusos y funcionarios, en las que no faltaron las palizas. asesinatos. castraciones y violaciones homosexuales. Los enfrentamientos duraron hasta la noche del domingo.

Cerca de 2.000 millones de pesetas costará rehacer la prisión. Aparte de los fallecidos, más de cincuenta guardias y presos sufrieron lesiones. Al menos ocho de ellos padecen heridas graves.

A últimas horas del domingo, la policía y la Guardia Nacional comenzaron a ocupar la prisión. Según lograron entrar en el recinto, las fuerzas del orden pudieron ir contemplando el estado en que había quedado la penitenciaria: todas las puertas y ventanas estaban destruidas, y techos y paredes habían caído al suelo o estaban casi destrozados. El fuego o el agua, que se había desbordado de las tuberías reventadas, había acabado con el resto.

Extrañamente, los reclusos no opusieron resistencia a la entrada de la policía, a pesar de que, hasta entonces, habían mantenido a doce personas como rehenes.

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Es muy difícil reconstruir qué pasó exactamente en la prisión de Santa Fe durante las doce horas que duró el motín. Buena parte de los fallecidos son presos que murieron en enfrentamiento con otros internos. Según Bruce King, gobernador del estado de Nuevo México, al menos siete de las víctimas encontraron la muerte por sobredosis de droga.

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