Un grupo de manifestantes asalta y saquea la embajada francesa en Libia

Francia pedirá las «reparaciones apropiadas y se reserva el derecho de sacar las conclusiones de este asunto en el plano de las relaciones franco-libias», declaró ayer el Ministerio francés de Exteriores en cuanto tuvo noticia del saqueo de su embajada en Trípoli. En París se estima que este hecho, «incalilficable y completamente inadmisible», está relacionado con la ayuda logística prestada por París a Túnez, la semana pasada, durante el ataque a la ciudad de Gafla realizado por un comando procedente de Libia.

Alrededor de las once de la mañana de ayer, según todas las informaciones re...

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Francia pedirá las «reparaciones apropiadas y se reserva el derecho de sacar las conclusiones de este asunto en el plano de las relaciones franco-libias», declaró ayer el Ministerio francés de Exteriores en cuanto tuvo noticia del saqueo de su embajada en Trípoli. En París se estima que este hecho, «incalilficable y completamente inadmisible», está relacionado con la ayuda logística prestada por París a Túnez, la semana pasada, durante el ataque a la ciudad de Gafla realizado por un comando procedente de Libia.

Alrededor de las once de la mañana de ayer, según todas las informaciones recogidas en esta capital, unos cincuenta manifestantes que voceaban eslóganes revolucionarios penetraron en la embajada de Francia en Trípoli. Antes de nada, cortaron los hilos telefónicos para imposibilitar todo contacto con el exterior. Incendiaron los coches estacionados en el patio de la embajada y recorrieron los diversos salones y dependencias del edificio, destrozando todo lo que se encontraba a su paso. El personal diplomático y los empleados de la embajada no fueron molestados, y, por el contrario, se les facilitó a todos la salida de la cancillería, según fuentes francesas.Las autoridades libias enviaron un equipo de bomberos a la embajada, «pero demasiado tarde».

En París no se pone en duda que este ataque a las dependencias diplomáticas francesas es una respuesta «oficiosa» al affaire de Gafsa. La semana pasada, cuando un comando entrenado en Libia atacó a la ciudad minera del sur de Túnez, París envió dos aviones, dos helicópteros y tres barcos de guerra para frenar lo que, en este país, se valoró como un intento nuevo del coronel Gadafi con vistas a la desestabilización de Túnez y de esta región africana.

Desde que, en 1969, subió al poder Gadafi, las relaciones franco-libias han sido una sucesión de curvas y contracurvas: en un primer tiempo, el coronel le compró a París cien Mirage, y hasta se habló de «luna de miel» entre ambos países.

Francia le compra a Libia un 3,5% de sus importaciones de petróleo, y este elemento ha jugado también para que París «soporte al loco de Trípoli», a pesar de las fricciones serias que han originado Chad y Centroafrica, problemas sobre los cuales París y Trípoli se han definido de manera divergente. El incidente,de ayer coloca a los dos países al borde de una situación diplomática cuya gravedad no tiene precedentes.

La desconfianza de Francia en los «sueños africanos» del coronel Gadafí se acentuará seguramente en estos momentos si, como afirmaron ayer varias fuentes africanas, Libia continúa siendo el «paraíso» de todos los revolucionarios. Dichos informes dicen que oficiales soviéticos, cubanos y libios, en estos momentos, forman a comandos argelinos, tunecinos, saharauis, súdaneses, hindúes y paquistaníes. El entrenamiento se realizaría en Khoms, a cuatrocientos kilómetros de Trípoli, y en otros dos campos situados en las inmediaciones de esta última capital.

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