Un lamentable espectáculo
En este país, tan necesitado de todo, la actual disputa entre el presidente del Gobierno y el del Consejo General Vasco resulta, cuando menos, deprimente. Tan altas personalidades, amén de poner en evidencia que una cosa son los acuerdos públicos y otra sus apaños personales y de llamarse mentirosos mutuamente, están dando todo un discurso de inmadurez y de despotismo, poniendo en evidencia que ni los más altos cargos políticos de este país tienen el mínimo de seriedad y honestidad para infundir confianza en los millones de españoles que se esfuerzan diariamente en creer en un proyecto colecti...
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En este país, tan necesitado de todo, la actual disputa entre el presidente del Gobierno y el del Consejo General Vasco resulta, cuando menos, deprimente. Tan altas personalidades, amén de poner en evidencia que una cosa son los acuerdos públicos y otra sus apaños personales y de llamarse mentirosos mutuamente, están dando todo un discurso de inmadurez y de despotismo, poniendo en evidencia que ni los más altos cargos políticos de este país tienen el mínimo de seriedad y honestidad para infundir confianza en los millones de españoles que se esfuerzan diariamente en creer en un proyecto colectivo que no se base sólo en buenas palabras.