Apoteósico recibimiento en Rodesia a Robert Mugabe

El dirigente nacionalista rodesiano Robert Mugabe, que regresó el domingo a Salisbury en olor de multitudes, ha iniciado su campaña electoral con un llamamiento a la población blanca para que permanezca en el futuro Zimbabwe y con la sorprendente promesa de que un gobierno de su partido patrocinaría una política de coexistencia pacífica con la Unión Surafricana.

El regreso de Mugabe, que llegó a la capital rodesiana procedente de Mozambique, tras quince años de cárcel y exilio, congregó en el estadio deportivo de Highfield, en las afueras de Salisbury, una multitud estimada por los ...

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El dirigente nacionalista rodesiano Robert Mugabe, que regresó el domingo a Salisbury en olor de multitudes, ha iniciado su campaña electoral con un llamamiento a la población blanca para que permanezca en el futuro Zimbabwe y con la sorprendente promesa de que un gobierno de su partido patrocinaría una política de coexistencia pacífica con la Unión Surafricana.

El regreso de Mugabe, que llegó a la capital rodesiana procedente de Mozambique, tras quince años de cárcel y exilio, congregó en el estadio deportivo de Highfield, en las afueras de Salisbury, una multitud estimada por los observadores entre las 150.000 y las 200.000 personas, sin duda la mayor concentración política en la historia de Rodesia.

Como se esperaba, por el contenido del manifiesto electoral de su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU), el tono del discurso dé Mugabe, que habló casi todo el tiempo en el idioma de la tribu shona, fue decididamente conciliatorio. Sólo tuvo palabras duras para el ex primer ministro Abel Muzorewa, a quien calificó de «traidor», ydijo que la actuación de las fuerzas auxiliares, al servicio del obispo, estaban poniendo en peligro el alto el fuego y el proceso electoral.

Mugabe reiteró el contenido del manifiesto de su partido y dijo que, «aunque sería necesario dar a los trabajadores un mayor poder de decisión, su partido no era partidario de proceder a una nacionalización masiva de los interes comerciales privados». Incluso en el tema de la propiedad de la tierra, Mugabe prometió que continuaría la existencia de granjas privadas, procediéndose sólo al reparto de tierras no cultivadas.

«Dejaremos las cosas como están», fue la promesa del dirigente guerrillero, que ha dejado la etiqueta del Frente Patriótico a su antiguo aliado Joshua Nkomo, para presentarse solo al frente del ZANU. Para remachar sus declaraciones en torno a la continuación de una econornía de mercado en Rodesia, Mugabe recalcó que «como hemos sido honrados en la guerra, seguiremos siéndolo en la paz».

Sin embargo, su afirmación más sorprendente fue la promesa de mantener una política de coexistencia pacífica con, Suráfrica. Mugabe manifestó que continuaría oponiéndose al apartheiden instituciones como la Organización de la Unidad Africana.

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