La guerra partisana ha condicionado el futuro de Yugoslavia

"Vengan pronto. Tito."

A comienzo de 1943, las autoridades militares británicas recibieron en El Cairo un extraño mensaje por radio que firmaba un tal Tito. Decía: «Aceptamos la llegada de la misión británica. Vengan pronto.» Nadie hasta entonces sabía nada de Tito ni dónde estaba, aunque el mensaje lo situaba en las montañas de Montenegro, en el oeste de Yugoslavia. Aquel grupo de guerrilleros estaba llamado a expulsar al invasor nazi por sus propios medios. En la foto de la izquierda, Tito, herido en un brazo durante una escaramuza con las tropas alemanas en junio de 1943. A la derecha, el joven dirigente con un g...

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A comienzo de 1943, las autoridades militares británicas recibieron en El Cairo un extraño mensaje por radio que firmaba un tal Tito. Decía: «Aceptamos la llegada de la misión británica. Vengan pronto.» Nadie hasta entonces sabía nada de Tito ni dónde estaba, aunque el mensaje lo situaba en las montañas de Montenegro, en el oeste de Yugoslavia. Aquel grupo de guerrilleros estaba llamado a expulsar al invasor nazi por sus propios medios. En la foto de la izquierda, Tito, herido en un brazo durante una escaramuza con las tropas alemanas en junio de 1943. A la derecha, el joven dirigente con un grupo de partisanos.

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