Trescientos muertos en el hundimiento de una plaza de toros en Colombia
Trescientas personas murieron el pasado domingo al derrumbarse los palcos de la plaza de toros Hermógenes Cumplido, de Sincelejo, y otras quinientas resultaron heridas. La policía local afirmó además que una veintena de aficionados sufrieron heridas de consideración, antes del derrumbamiento, cuando se dedicaban a torear cuarenta toros lanzados al ruedo en las fiestas tradicionales de La Corraleja.
Por su parte, un portavoz del Ayuntamiento de Sincelejo agregó que las fiestas habían sido suspendidas y se estudiaba la posibilidad de suprimir los festejos en los próximos años. El Gobi...
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Trescientas personas murieron el pasado domingo al derrumbarse los palcos de la plaza de toros Hermógenes Cumplido, de Sincelejo, y otras quinientas resultaron heridas. La policía local afirmó además que una veintena de aficionados sufrieron heridas de consideración, antes del derrumbamiento, cuando se dedicaban a torear cuarenta toros lanzados al ruedo en las fiestas tradicionales de La Corraleja.
Por su parte, un portavoz del Ayuntamiento de Sincelejo agregó que las fiestas habían sido suspendidas y se estudiaba la posibilidad de suprimir los festejos en los próximos años. El Gobierno central decretó la ley seca por espacio de 72 horas y cualquier manifestación pública.Las fiestas de La Corraleja se celebran desde el siglo pasado, y en numerosas ocasiones han sido objeto de debates y controversias por los actos brutales que se cometían en ellas.
Este año, los organizadores prepararon 32 palcos, con una asistencia aproximada de 42.000 personas. Un funcionario del Gobierno afirmó que, debido a la lluvia los espectadores se refugiaron en los palcos, que, construidos con madera, tuvieron que soportar, al menos, el doble de peso previsto.
Al menos setenta personas perecieron en el mismo lugar del accidente, y el resto murieron cuando recibían los primeros auxilios en los diversos hospitales de Sincelejo y localidades próximas.
Un testigo presencial del accidente afirmó que, al ceder los palcos por el enorme peso, «vimos cuerpos de niños, mujeres y hombres pisoteados y otros con estacas de madera clavadas en el cuerpo».