Cartas al director

Quebrantar las normas

El pasado miércoles 3 de enero en la calle de Andrés Mellado, muy próximo a la esquina con Meléndez Valdés, los coches aparcados junto a ambas aceras, unos en batería y otros en línea, tal como está previsto, apenas dejaban el espacio necesario para que circulasen dos automóviles.Adosado a la batería de los pares, un coche de la Policía Municipal, matrícula M-8141-BC, detenido, obstruye el paso, pues apenas deja espacio para que, por el estrecho canal resultante, pueda pasar un coche a ritmo lento. El conductor, policía municipal por supuesto, está al volante, leyendo un periódico.

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El pasado miércoles 3 de enero en la calle de Andrés Mellado, muy próximo a la esquina con Meléndez Valdés, los coches aparcados junto a ambas aceras, unos en batería y otros en línea, tal como está previsto, apenas dejaban el espacio necesario para que circulasen dos automóviles.Adosado a la batería de los pares, un coche de la Policía Municipal, matrícula M-8141-BC, detenido, obstruye el paso, pues apenas deja espacio para que, por el estrecho canal resultante, pueda pasar un coche a ritmo lento. El conductor, policía municipal por supuesto, está al volante, leyendo un periódico.

Los conductores de los Coches pasan renegando entre dientes, aunque nadie dice nada por aquello de la autoridad. Al poco llega alguien que parece amigo del conductor, ya que se pone a hablar con él junto a la ventanilla. Como queda hacia la parte de la calzada, el resultado es que el canal de tránsito se estrecha más todavía.

Diez minutos después seguía el vehículo parado, allí continuaba la cháchara por la ventanilla, allí eran de ver los gestos de los conductores que franqueaban el obstáculo.

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Escenas como esta, a diario. Desgraciadamente, son muy numerosos los agentes que con la mayor inconsciencia quebrantan ellos mismos las normas a la menor oportunidad, con gran indignación de quienes, alguna vez, han sido víctimas de arbitrariedades y faltas de criterio por parte de tales agentes.

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