Polémica en torno a los Juegos Olímpicos de Moscú

El embajador de la República Federal de Alemania ante la OTAN, Rolf Paulus, ha levantado una importante polémica mundial al lanzar a la opinión pública la pregunta de si sería conveniente boicotear los JJ OO de Moscú, tras la intervención militar soviética en Afganistán. La posibilidad de tal boicot por parte de algunos de los países afiliados a la OTAN fue lanzada en una reunión de representantes de los citados países, sostenida el lunes en Londres. La primeras reacciones en contra del boicot comenzaron ya a producirse.Rolf Paulus afirmó que no se podía ir a Moscú en estas condiciones, «como ...

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El embajador de la República Federal de Alemania ante la OTAN, Rolf Paulus, ha levantado una importante polémica mundial al lanzar a la opinión pública la pregunta de si sería conveniente boicotear los JJ OO de Moscú, tras la intervención militar soviética en Afganistán. La posibilidad de tal boicot por parte de algunos de los países afiliados a la OTAN fue lanzada en una reunión de representantes de los citados países, sostenida el lunes en Londres. La primeras reacciones en contra del boicot comenzaron ya a producirse.Rolf Paulus afirmó que no se podía ir a Moscú en estas condiciones, «como si no hubiera pasado nada». El embajador alemán ante la OTAN subrayó que, si en 1936 se hubiera hecho un boicot contra los Juegos Olímpicos celebrados en Berlín. en pleno apogeo del III Reich, el desarrollo de los acontecimientos en Europa habría podido ser diferente al que se produjo. Por su parte, la mayoría de los atletas olímpicos alemanes se muestran contrarios a boicotear los juegos, y a que se mezcle la política con el deporte.

La ola de reacciones ante las afirmaciones del embajador Paulus no se ha hecho esperar. La Unión Soviética condenó las «especulaciones» surgidas en Occidente sobre el posible boicot.

El embajador de España en la Unión Soviética y vicepresidente del Comité Olímpico Internacional. Juan Antonio Samaranch. reconoció que «Afganistán es una sombra que puede surgir», aunque señaló que «desde el punto de vista olímpico, 1980 es un año complicado, pero confío que la política no interfiera en el mundo del deporte». Samaranch añadió que «en Moscú deberán participar por vez primera China y Formosa en una manifestación común». Por su parte. Lord Killanin, presidente del Comité Olímpico, se opuso por completo al posible boicot.

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