UGT y CEOE firmarán en solitario el convenio-marco

Las declaraciones del presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, acerca de las dificultades de subsistencia en las que se encontraba la central socialista antes de la firma del acuerdo suscrito con la patronal en julio pasado -lo que habría impulsado a la CEOE a aceptar dicho acuerdo, para impedir el dominio del terreno sindical por parte de la central comunista en exclusividad-, suponen un nuevo giro en la negociación del convenio-marco interconfederal del que, definitivamente, ha quedado descolgada Comisiones Obreras.

Antes de que fueran conocidas las declaraciones de Ferrer Salat, y...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las declaraciones del presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, acerca de las dificultades de subsistencia en las que se encontraba la central socialista antes de la firma del acuerdo suscrito con la patronal en julio pasado -lo que habría impulsado a la CEOE a aceptar dicho acuerdo, para impedir el dominio del terreno sindical por parte de la central comunista en exclusividad-, suponen un nuevo giro en la negociación del convenio-marco interconfederal del que, definitivamente, ha quedado descolgada Comisiones Obreras.

Antes de que fueran conocidas las declaraciones de Ferrer Salat, y ante la ratificación por parte de la CEOE de su posición en la negociación del convenio-marco, especialmente en lo relativo a la banda salarial -establecida entre el 13 %y el 16%-, Comisiones Obreras había decidido rechazar la última oferta patronal, por lo que resulta imposible el acuerdo a tres. En el nuevo contexto de la negociación, todo parece indicar que el acuerdo será establecido finalmente a dos, ya que el acercamiento de las posturas de UGT y CEOE hace posible, con ligeras matizaciones, la firma del convenio-marco por parte de ambas organizaciones. Ello, por otra parte, estaría en línea con el planteamiento hecho por Ferrer Salat en el transcurso de la reunión mantenida con un grupo de empresarios del transporte, al afirmar que el peligro de desaparición por el que pasó UGT antes de la firma del acuerdo con CEOE, en julio último, quedó conjurado con dicha firma. En la tarde de ayer, tal como habían convenido el día anterior, el secretario general de la CEOE, José María Cuevas, se entrevistó sucesivamente con Nicolás Sartorius y José María Zufiaur, como responsables de la representación de CCOO y UGT en la negociación del convenio-marco, respectiva mente, para darles cuenta de los acuerdos acerca del mismo, adoptados por la junta directiva de la CEOE.

Según explicó José María Cuevas, Nicolás Sartorius ratificó su d rechazo a la propuesta de CEOE, con lo que, definitivamente, aunque falte el trámite formal del pronunciamiento del consejo confederal de CCOO, esta central no suscribirá el acuerdo.

Zufiaur, por su parte, recogió la decisión de CEOE para su consideración por el comité confederal de UGT y, según él mismo explicó, no parece difícil que, finalmente, el acuerdo sea suscrito por ambas partes, dado el acerca miento que existe entre las posiciones de las mismas, sobre la base del establecimiento de una banda salarial entre el 13% y el 16%.

Sorpresa socialista

La reacción de la central socialista ante las declaraciones del presidente de la patronal se reparte de entre la sorpresa y la reafirmación su de la autonomía de UGT, con invocaciones. incluso a sus cien años de de historia. No obstante, en ningún momento de las declaraciones efectuadas tanto por Nicolás Redondo, como secretario general del sindicato, como en la nota difundida por la comisión ejecutiva de la central hay pronunciamiento en contra del futuro del acuerdo-marco.

En declaraciones a Radio Nacíonal, el secretario general de UGT afirmaba en la mañana de ayer que, «en principio, me cuesta creer que haya alguna persona que pueda hacer unas declaraciones de esa índole. Si a pesar de mí extrañeza y de mi convencimiento de que es prácticamente imposible hacerlas ha sido así, ello demuestra una gran ligereza, dado el cargo que ocupa en la CEOE».

«Me he sentido tan sorprendido como cualquier periodista, como cualquiera de ustedes, cuando he, leído en Cinco Días las declaraciones de Ferrer Salat. Estas declaraciones han sido corroboradas por Europa Press, luego no creo que sea un equívoco. No sé a qué pueden obedecer. O es una tremenda ligereza que descalificaría al señor Ferrer Salat y a la propia CEOE o es un intento deliberado de cargarse el acuerdo-marco, al que UGT se ha prestado con voluntad de acuerdo.»

«Me siento profundamente pesimista sobre la situación del país. A veces se confunden comportamientos de responsabilidad con comportamientos de debilidad. Yo creo que esto es lo que le ha pasado al señor Ferrer Salat. Se ha creído tan importante como para pretender poder destrozar a UGT si no firmamos los acuerdos-marco», afirmó Nicolás Redondo. «Y en cuanto a las referencias del señor Ferrer a nuestros enfrentamientos con CCOO, debo afirmar», díjo «que siempre tendremos unas relaciones más estrechas con las organizaciones de clase, con los demás sindicatos, que las que podamos tener con la patronal. Ya que con ésta existen, más que diferencias, intereses antagónicos. »

Por su parte, el secretario general del PSOE, Felipe González, declaró que «la fortaleza y salud de UGT no depende afortunadamente de la CEOE ni del acuerdo-marco, porque, si hubiera dependido en algún momento del mismo, ya no exístiría».

«Creo que la filtración de tales manifestaciones es una metedura de pata importante. Decir que la suerte de UGT está vinculada al acuerdo-marco es tan falso como decir qu el PCE y CCOO pretenden cargarse a UGT y al PSOE para imponer el modelo italiano.»

«Sólo un tonto puede creerse que yo le he dicho a Ferrer Salat que nuestra intención es destruir a UGT», manifestó ayer en el Congreso el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, al comentar las declaraciones del presidente de la CEOE.

Sobre este punto agregó el líder comunísta que «no es ni ha sido nunca nuestra intención destruir a UGT, sino que, al contrario consístía y consiste en hacer acuerdos de unidad con ella. Y, en segundo lugar, ya llevando el razonamiento al absurdo, incluso aunque se me hubiera ocurrida esa barbaridad alguna vez, al último que se lo habría contado sería a Ferrar Salat».

Preguntado sobre el convenio-marco, manifestó que «o se produce como mínimo por un acuerdo en el que participen Comisiones Obreras, UGT y empresarios, o será un simple papel mojado, porque Comisiones Obreras y UGT juntas representan la mayoría de los trabajadores, pero UGT sola es minoría.

La patronal, contra los comunistas

La postura de la CEOE acerca de la negociación del convenio-marco, adoptada en la reunión de su junta ejecutiva del pasado martes, se resume en los términos de su propio comunicado:

« La campaña de movilizaciones, amenazas, violencias y coacciones que, últimamente, ha producido en Madrid el lamentable resultado de dos muertos y varios heridos, al atacar con máxima violencia a las Fuerzas de Orden Público, constituye la primera actuación evidente frente al orden político y social desde que se aprobó la vigente Constitución y se realizaron las ultimas elecciones generales y locales que desarrolla el comunismo, en sus diversas inanifestaciones y organizaciones, ante la normal aplicación de las reglas democráticas y parlamentarias aprobadas por la mayoría de los espafíoles.»

En otro momento de la nota se analiza el curso de los debates del proyecto de Estatuto de los Trabajadores, sobre cuyo contenido hace la CEOE una valoracíón positiva y afirma que, hasta el momento, la actuación del Gobierno y de su partido y de las restantes fuerzas parlarnentarias, «a excepción del Partido Comunista, ha sido de gran respeto y coherencia con la correcta aplicación de las normas democráticas».

En la valoración que se hace de la negociación del convenio-marco, cuando se llevan cuatro semanas de conversaciones, la CEOE señala el acercamiento de sus tesis y las de UGT y denuncia la intransigencia de CCOO, lo que considera corno falta de interés por el acuerdo de parte de esta central.

Sobre el tema salarial, que ha venido constituyendo el caballo de batalla de las negociaciones, la CEOE insiste en que su postura fue la defensa del poder adquisitivo de los salarios, junto con la defensa de las empresas.

Ferrer puntualiza

El protagonista del incidente, por su parte, asegura que en ningún momento lo que él dijo puede calificarse de declaraciones, ya que «me encontraba en una reunión privada con empresarios a los que pude explicar el alcance exacto de mis declaraciones».

«Sería ingenuo pensar que un sindicato con más de cien años de vida pudiera verse afectado por las manifestaciones de un empresario», aseguró Ferrer Salat. Asimísmo, niega la interpretación que se ha dado a sus palabras. «Al decir que o llegamos a un acuerdo o acabamos con la UGT, no pretendía en absoluto lanzar una amenaza de represalia contra esta centrál sindical central que, por otra parte, es la que más se acerca al modelo de sindicalismo que nosotros defendemos.»

Posición de CCOO

Para Comisiones Obreras, las declaraciones de Ferrer Salat suponen una nueva justificación a los planteamientos previos de este sindicato, en el sentído de no firmar el acuerdo, como ayer adelantó en rueda de prensa Nicolás Sartorius. Para el dirigente de CCOO, la decisión de la junta directiva de la CEOE,en cuanto a no autorizar a su representación en las negociaciones a elevar la banda salarial por encima del 16%, hace inviable la posibilidad de llegar a un acuerdo.

Según Sartorius, la CEOE, «con su postura rígida, no ha querido de verdad llegar a un acuerdo-marco interconfederal y lo que pretende es dividir a la clase trabajadora y a los sindicatos». En su opinión, esto es una postura peligrosa e irresponsable, «que no es compartida por el empresario realista y pragmático, pero sí apoyada por unos dirigentes empresariales que buscan operaciones políticas».

Abundando en la posibilidad de que, fínalmente, el acuerdo sea suscrito bilateralmente entre la CEOE y la UGT, Nicolás Sartorius advirtió que de producirse tal acuerdo, «lo que sería muy peligroso para el movimiento obrero español, nosotros explicaríamos a los trabajadores la porquería del acuerdo. Pero no iremos a una guerra de centrales, porque sería muy negativo para los trabajadores, y procuraríamos que éstos hicieran inviable la aplicación del acuerdo».

CCOO acudirá a la negociación de los convenios colectivos, según afirmó Nicolás Sartorius, con la misma plataforma presentada en la negociación del frustrado convenio-marco.

Archivado En