La OPEP no consigue un precio unificado para el petróleo

Al margen de un acuerdo político de última hora, esta madrugada, en la cena que el presidente venezolano ofrece a los trece minstros de Petróleo de la OPEP, lo que parece claro en la conferencia de Caracas es que el abanico de precios del crudo al comenzar 1980 se situará entre los 24 y los 34 dólares por barril, y que ese precio será, además, muy inestable.Según fuentes árabes, el tema precios ha sido ligado por los países radicales al de la reducción de los niveles de producción para el próximo año. No se descarta que se llegue a un acuerdo sobre un precio índice mínimo si Arabia Saudí, su p...

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Al margen de un acuerdo político de última hora, esta madrugada, en la cena que el presidente venezolano ofrece a los trece minstros de Petróleo de la OPEP, lo que parece claro en la conferencia de Caracas es que el abanico de precios del crudo al comenzar 1980 se situará entre los 24 y los 34 dólares por barril, y que ese precio será, además, muy inestable.Según fuentes árabes, el tema precios ha sido ligado por los países radicales al de la reducción de los niveles de producción para el próximo año. No se descarta que se llegue a un acuerdo sobre un precio índice mínimo si Arabia Saudí, su principal defensor, acepta una limitación de producción para los niveles del ochenta.

La 55 conferencia ministerial de la OPEP entró ayer, segundo día de reuniones, a discutir los nuevos precios del crudo que regirán en el primer semestre de 1980. Las diferencias entre los trece miembros del cártel eran tan profundas que el único acuerdo previsible es una ratificación de las recientes subidas.

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El informe oficial que recomendaba la adopción de un precio índice base de 24-25 dólares para el crudo ligero arábigo y la vuelta a los míni mos previos al encuentro de ju nio en Ginebra, fue radical mente rechazado por Irán y Libia.

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La OPEP no consigue fijar un precio unificado y mantiene un abanico entre 24 y 32 dólares por barril

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Expertos consultados señalaban su creencia de que si la 55 conferencia de la OPEP llegara a algún acuerdo, éste implicará una ratificación de la actual estructura de libertad de precios que ya existe en el mercado de exportación de la OPEP, desde los recientes anuncios unilaterales. Pero para dar una idea de homogeneidad y solidaridad dentro de la OPEP se establecerá una nueva serie de primas o sobretasas que, por razones diferentes, permitirá justificar a los países radicales un abanico tan amplio de precios que van desde los veinticuatro dólares para el arabian light hasta los treinta (incluso 32) para el saharan blend.

Países moderados como Venezuela y Arabia Saudí, podrían aceptar una decisión de este tipo, que representaría una gran victoria para los radicales, pero como compensación exigirían la celebración de una conferencia extraordinaria en los tres primeros meses de 1980, a la que el comité de estrategia a largo plazo de la OPEP, que se reunirá hoy en Caracas, pueda presentar un proyecto de reforma de la estructura de precios caóticos que actualmente existe en el mercado.

La posición de este grupo moderado parte de que los precios diferenciales que permiten, en función de la calidad y de la cercanía del mercado, diferencias de precios de hasta cinco y seis dólares, debían reducirse a dos y tres dólares. Su mayor argumento, explicado por el ministro venezolano de Minas, Calderón Berti, en conferencia de prensa, es que el próximo año traerá un tipo de mercado diferente al actual, donde la oferta superará a la demanda. La presente acumulación de stocks en manos de los países industriales y la recesión esperada en Occidente, podrían provocar que el exceso de oferta previsto trajese consigo una reducción de los precios, lo que, a juicio del venezolano, habría que evitar por caminos más razonables que el descenso en la producción.

El establecimiento de un abanico de precios entré veinticuatro y treinta dólares supondría, en cualquier caso, aumentos de precios de hasta un 3 5 % sobre los establecidos en Ginebra hace tan sólo seis meses (18-23,50 dólares) y de hasta un 115 % sobre los que regían en enero de este año. Las consecuencias sobre las economías occidentales, ya profundamente afectadas por un estancamiento económico crónico, serían recesión, más inflación y un aumento considerable de los parados. La transferencia de recursos financieros del mundo industrial a la OPEP supondrían 100.000 millones de dólares adicionales.

El dato más revelador de lo que está sucediendo en Caracas en cuestión de precios está en las palabras pronunciadas por Calderón Berti, ministro de Minas de Venezuela, en el inicio de la jornada de ayer: «Esto es un bazar y nadie hace nada para poner término a la caótica situación que vive el mercado. »

Al inicio de la discusión del tema precios, que en palabras de un ministro es el único tema importante de la conferencia, «en función de que el año próximo nos presentará un mercado muy diferente al de 1.979, con reducciones notables en la demanda», las posiciones estaban fijadas de la siguiente manera:

Arabia Saudi, con una producción de 9,5 millones diarios de barriles (30% de la OPEP), aceptaba un precio de referencia de veinticuatro dólares como el máximo posible. Fuentes saudíes señalaban que Yamani había rechazado como excesiva la recomendación de la Comisión Económica de la OPEP, pero había aceptado el precio mínimo de la misma «en espera de que los radicales también lo hicieran».

Venezuela, con una producción de 2,4 millones (9% del mercado), aceptaba los veinticuatro dólares/barril como precio de referencia, pero abogaba por una «sinceración» o adecuación a la realidad de los precios diferenciales con el establecimiento de una nueva prima de dos dólares (en concepto de seguridad de mercado), que, junto a las primas de calidad, situaría su petróleo en unos 27,50 dólares.

Irán, con una producción media de unos tres millones y un 10 % del mercado, exigía el mantenimiento de los diferenciales y primas establecidas en Ginebra y pedía un nuevo incremento en el precio de referencia. A la vez exigía una limitación de la producción ante las perspectivas de que el mercado se debilite en los próximos meses. Su crudo, de parecida calidad el saudí, tiene un precio ya de 28,50 dólares.

Libia, con una producción de dos millones y un 7% del mercado, pedía incrementos por encima de los treinta dólares establecidos unilateralmente para su crudo al principio de la conferencia.

Irak, producción de 2,6 millones y un 8% del mercado, pedía precios unificados públicamente, pero fuentes internas de la conferencia señalaban que defendía, en contraste a posiciones previas, la tesis radical. Su crudo se situaría, sin un acuerdo, en los veintisiete dólares.

Argelia, con una producción de 1,2 millones y un 4% de participación en el mercado, mantenía un silencio hermético y defendía una posición intermedia en privado, pero se beneficiaría de la situación, en el sentido de que su crudo de máxima calidad se situaría en 29,50 dólares.

Gabón, Ecuador y Qatar, con una participación conjunta en el mercado de un 3,5%, mantenían las tesis saudíes, pero sus precios serían diferentes. Para Gabón y Qatar, veinticuatro dólares; para Ecuador, que vende casi toda su producción en el mercado spot, el precio de éste se sitúa entre 35 y cuarenta dólares.

Nigeria, casi dos millones de producción y un 7% de participación, defendía los treinta dólares, siguiendo las tesis libias e iraníes.

Kuwait era la gran incógnita, pero con 2,1 millones de producción y un 8% de participación, su postura podría decidir para qué lado se inclinaba la balanza. Algo parecido pasaba con Abu Dhabi, con 1,8 millones de barriles de producción.

Indonesia, producción de 1,6 millones barriles y un 5,6% de participación, había anunciado un aumento de su precio del petróleo hasta 25,50 dólares.

Con posiciones tan encontradas en la cuestión de precios, las posibilidades de llegar a un acuerdo sobre los otros temas de la agenda parecían mínimas. Un portavoz de la OPEP anunció que el tema de la reducción de la producción era impensable que se discutiese hasta que no se llegase a un acuerdo sobre los precios. El ministro venezolano, por su lado, indicó que la reducción de la producción exigía un «acuerdo de caballeros» entre los trece miembros. Habría que tener en cuenta que en el próximo año el mercado será diferente al de 1979. En su opinión, esta situación favorecerá la paulatina reducción de la importancia del mercado spot.

En lo relativo a la sustitución del dólar, el tema fue referido, en principio, al Comité de Estrategia a largo plazo de la OPEP, pese a las insistentes presiones de Irán para considerarlo. En este sentido, un portavoz oficial manifestó que, de celebrarse la conferencia extraordinaria en los primeros tres meses de 1980, uno de los temas a considerar sería éste. Lo mismo sucedió con el establecimiento de un futuro banco OPEP, en sustitución del fondo OPEP de ayuda al desarrollo, que quedó aprobado en principio y remitido al Comité de Estrategia. En cuanto a la agencia de noticias OPEP, también fue remitida la cuestión a un nuevo grupo de trabajo dentro del Comité de Estrategia.

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