Como bajo el franquismo

«(...) En los trágicos acontecimientos del pasado jueves si algo ha quedado meridianamente claro es que los fallos decisivos se produjeron en las alturas, al no saber prever unos conflictos que, según palabras del propio ministro del Interior, eran perfectamente previsibles. Resulta hasta cierto punto explicable que un funcionario de base, en un momento de apuro, preso de los nervios, se defienda con medios desproporcionados a la agresión que sufre. Resulta dificil valorar en unos segundos las intenciones de quien le acomete y la intensidad del peligro. Pero lo que no tiene ninguna justificaci...

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«(...) En los trágicos acontecimientos del pasado jueves si algo ha quedado meridianamente claro es que los fallos decisivos se produjeron en las alturas, al no saber prever unos conflictos que, según palabras del propio ministro del Interior, eran perfectamente previsibles. Resulta hasta cierto punto explicable que un funcionario de base, en un momento de apuro, preso de los nervios, se defienda con medios desproporcionados a la agresión que sufre. Resulta dificil valorar en unos segundos las intenciones de quien le acomete y la intensidad del peligro. Pero lo que no tiene ninguna justificación es la capacidad de las altas autoridades para garantizar el ejercicio libre y pacífico de los derechos a los ciudadanos. En Portugal, la "revolución de los claveles" no cobró más que un muerto. Nuestra reforma política, sólo entre manifestantes, ha producido 34 muertos. ¿Se imaginan lo que hubiera ocurrido si fuera algo más que una simple "reforma" y el poder continuara en las mismas manos? (...).» 16 de diciembre

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