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Tarradellas, en Zaragoza.

De ser ciertas sus recientes declaraciones -«Voy a Zaragoza a visitar a la Virgen del Pilar»-, Josep Tarradellas habría alcanzado a mediodía de ayer, recién llegado a la capital aragonesa, todos sus objetivos. Sin embargo, durante las 48 horas de su estancia en Zaragoza, el presidente de la Generalidad tiene un apretado calendario de encuentros con las autoridades de la región y numerosos puntos de interés mutuo sobre los que discutir. Los periódicos de la región, en los corteses mensajes de salutación, han puesto, sobre el tapete el «eterno» problema del trasvase del Ebro. Pero Tarradellas in...

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De ser ciertas sus recientes declaraciones -«Voy a Zaragoza a visitar a la Virgen del Pilar»-, Josep Tarradellas habría alcanzado a mediodía de ayer, recién llegado a la capital aragonesa, todos sus objetivos. Sin embargo, durante las 48 horas de su estancia en Zaragoza, el presidente de la Generalidad tiene un apretado calendario de encuentros con las autoridades de la región y numerosos puntos de interés mutuo sobre los que discutir. Los periódicos de la región, en los corteses mensajes de salutación, han puesto, sobre el tapete el «eterno» problema del trasvase del Ebro. Pero Tarradellas insiste en que no va a llevarse el agua. De momento ha dejado estampada su firma en el libro de oro del Pilar y dos lágrimas sobre el mármol de la basílica.

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