Cartas al director

"Pildaborcio"

He oído alguna vez a un amigo un tanto cáustico un neologismo que encuentro expresivo: el pildaborcio (píldora-aborto-divorcio). Quizá en esta palabra está resumido el concentrado que da de sí el movimiento progre burgués.El término progreso (opuesto a regreso) tiene un sentido direccional, significa una marcha hacia una meta. El llamado progresismo de algunos estratos sociales y culturales tiene un horizonte cada día más claro, una especie de punto omega.

Entendámonos bien. En el fondo, el progresismo de estos años pasados mide el progreso social segú...

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He oído alguna vez a un amigo un tanto cáustico un neologismo que encuentro expresivo: el pildaborcio (píldora-aborto-divorcio). Quizá en esta palabra está resumido el concentrado que da de sí el movimiento progre burgués.El término progreso (opuesto a regreso) tiene un sentido direccional, significa una marcha hacia una meta. El llamado progresismo de algunos estratos sociales y culturales tiene un horizonte cada día más claro, una especie de punto omega.

Entendámonos bien. En el fondo, el progresismo de estos años pasados mide el progreso social según se acerquen más las cosas a ese nudo de pequeñas mezquindades en el que muere el amor a la vida, a su transmisión, a su conservación, a la familia, a los niños, al futuro. El pildaborcio es el residuo de todas las solidaridades humanas truncadas, el precipitado de todos los materialismos cerrados a la vida, la flor y nata de una sociedad secularizada y reducida a la lógica del capricho, del hedonismo, de la frivolidad esencial.

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