La comercialización de la pesca, sobrecargada de intermediarios

En las jornadas de estudios pesqueros desarrolladas por iniciativa del Crédito Social Pesquero con motivo de su sexagésimo aniversario se plantearon problemas de todo tipo que requieren, según sus portavoces, soluciones inmediatas.El más acuciante apunta hacia la financiación de los créditos. La ayuda al sector no es generosa y «los préstamos son duros». El secretario de la Interfederativa de Cofradías de Pescadores del Cantábrico sugirió al Crédito Social Pesquero el estudio de préstamos con mayor plazo de amortización y una franquicia de al menos dos años a partir del comienzo de las activid...

En las jornadas de estudios pesqueros desarrolladas por iniciativa del Crédito Social Pesquero con motivo de su sexagésimo aniversario se plantearon problemas de todo tipo que requieren, según sus portavoces, soluciones inmediatas.El más acuciante apunta hacia la financiación de los créditos. La ayuda al sector no es generosa y «los préstamos son duros». El secretario de la Interfederativa de Cofradías de Pescadores del Cantábrico sugirió al Crédito Social Pesquero el estudio de préstamos con mayor plazo de amortización y una franquicia de al menos dos años a partir del comienzo de las actividades.

Desde la tribuna se solicitó la creación de un órgano central que aglutine y dirija la política pesquera -en la actualidad cuatro ministerios tienen competencia dentro del sector: Defensa, Economía, Transportes y Trabajo- y la puesta en marcha de planes regionales de pesca que «unifiquen, programen y coordinen los estudios y actividades pesqueras».

El subsecretario de Pesca y Marina Mercante, Miguel de Aldasoro, postuló algunos principios de actuación administrativa tendentes al fomento de la investigación marina en apoyo de la pesca, a favorecer una comercialización menos sobrecargada de intermediarios y canales innecesarios, y a reformar la administración pesquera.

En las relaciones pesqueras internacionales hubo coincidencias en las posturas. Frente a la afirmación oficialista de que «la gran baza negociadora española es nuestro mercado de consumo» se unió el aserto de que «está demostrado hasta la saciedad que España no puede negociar pesca con pesca porque nada o casi nada puede ofrecer en este campo».