Ausencia de un verdadero clima electoral en Cataluña

Orientada a estimular únicamente el voto -y sólo de forma muy sutil el voto afirmativo- la propaganda editada por la Generalitat ha sido calificada de «tibia» por diversos expertos en técnica electoral. La presencia de pasquines es mínima en las calles, y no sólo referida a los editados por la Generalitat, sino también a los de los partidos políticos. Los carteles editados por estos últimos sólo han visto la luz en las páginas de los medios de comunicación que los han reproducido. Se trata, por otra parte, de carteles de menor calidad y con mucha menos imaginación que los habituales en anterio...

Orientada a estimular únicamente el voto -y sólo de forma muy sutil el voto afirmativo- la propaganda editada por la Generalitat ha sido calificada de «tibia» por diversos expertos en técnica electoral. La presencia de pasquines es mínima en las calles, y no sólo referida a los editados por la Generalitat, sino también a los de los partidos políticos. Los carteles editados por estos últimos sólo han visto la luz en las páginas de los medios de comunicación que los han reproducido. Se trata, por otra parte, de carteles de menor calidad y con mucha menos imaginación que los habituales en anteriores procesos electorales, quizá debido a las escasas cantidades que estos partidos dedican a la campaña.Los propios miembros del equipo que, dirigido por Manuel Ortínez, ha organizado la campaña se mostraron en desacuerdo con la marcha de la misma y principalmente con la labor que desarrollaba Televisión Española. A este respecto, fuentes de la Generalitat manifestaron a EL PAÍS que el propio Ortínez se había mostrado «quejoso» ante el Gobierno Civil por lo que consideraba una labor mediocre de TVE en la realización de las cuñas y espacios de divulgación del proyecto estatutario, la mayor parte de los cuales, al ser retransmitidos por el segundo canal, no llegaban a la provincia de Lérida. Otra característica de la campaña ha sido la ausencia de mítines. A lo sumo, los partidos han organizado diversos actos explicativos sobre el alcance del Estatuto -hace unos días, Jordi Pujol habló en Tarrasa, y López Raimundo (PSUC), acompañado de Santiago Carrillo, lo hará hoy en Tortosa-, cuya asistencia de público no ha sido precisamente multitudinaria.

Como único acto espectacular de la campaña, también hoy una avioneta fletada por la Generafitat sobrevolará diversos campos de fútbol catalanes, con pancartas en castellano y catalán llamando a votar el referéndum.

El día que se cree habrá mayor participación popular es, sin duda, el próximo domingo, día 21 de octubre. Para ese día -bautizado por el consejero de Gobernación y los expertos electorales de los partidos políticos como el «día del Estatuto»-, los ayuntamientos deberán organizar actos masivos de refrendo del Estatuto, principalmente en las ciudades cabeceras de comarca.

Paralelamente a los actos e iniciativas oficiales, diversas entidades y organismos han manifestado públicamente su adhesión al Estatuto y han recomendado el sí a sus afiliados. Al pronunciamiento efectuado en este sentido por entidades como Omnium Cultural, las casas regionales, el Fútbol Club Barcelona entre otros, se une la reunión que mantendrá Manuel Ortínez con 59 presidentes de federaciones deportivas de ámbito catalán.

Si escasa es la actividad en la campaña del sí y de la participación, no es menos cierto que los grupos que propugnan el voto negativo o la abstención se mueven en la misma línea de actuación.

El "no" y la abstención

Si exceptuamos la proliferación de carteles murales del Movimiento Comunista de Cataluña (MCC), que presenta el Estatuto como una victoria de la UCD, el resto de los partidos no ha pasado hasta el momento de anunciar vanos mítines, sin fijar aún la fecha de su celebración.Los independentistas del BEAN (Bloc d'Esquerra d'Alliberament Nacional) han anunciado que presentarán un recurso ante la Junta Electoral Central al considerar que la Generalitat, lejos de mantenerse imparcial, realiza una propaganda encubierta a favor del sí.

Grupos de extrema derecha, por su parte, han dejado constancia de su postura abstencionista o contraria al Estatuto con abundancia de pintadas, principalmente en el centro y parte alta de Barcelona.