Hussein de Jordania defiende en la ONU el derecho palestino a un Estado nacional

El rey Hussein de Jordania intervino ayer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para rechazar rotundamente los acuerdos de Camp David, acusar de «intransigencia y racismo» a Israel y defender el derecho del pueblo palestino a establecer su propio Estado nacional. El largo discurso del monarca comenzó con una referencia a su anterior intervención en la Asamblea General de la ONU, en junio de 1967, y los cambios registrados desde entonces en la escena internacional. «La conciencia del mundo», dijo Hussein, «todavía no había comprendido que el sionismo racista de Israel era la misma cla...

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El rey Hussein de Jordania intervino ayer ante la Asamblea General de las Naciones Unidas para rechazar rotundamente los acuerdos de Camp David, acusar de «intransigencia y racismo» a Israel y defender el derecho del pueblo palestino a establecer su propio Estado nacional. El largo discurso del monarca comenzó con una referencia a su anterior intervención en la Asamblea General de la ONU, en junio de 1967, y los cambios registrados desde entonces en la escena internacional. «La conciencia del mundo», dijo Hussein, «todavía no había comprendido que el sionismo racista de Israel era la misma clase de racismo que el de las minorías de Africa del Sur». «Del mismo modo», dijo, «para algunos Israel buscaba su seguridad en 1967 y no la hegemonía o el expansionismo.»

Desde entonces, la causa de la justicia en Oriente Próximo ha hecho grandes progresos, aseguró el monarca hachemita. «Africa ha declarado su firme apoyo a la justa causa árabe y al pueblo palestino, y Europa occidental está superando los efectos del control sionista tanto en los medios de comunicación como en los parlamentos nacionales». Pero estos progresos se encuentran con la total intransigencia de Israel, que no tiene intención de retirarse de los territorios ocupados o de devolver su tierra al pueblo palestino, para que éste pueda ejercer su derecho a la autodeterminación y al establecimiento de una entidad nacional libre, añadióTras preguntarse cómo se puede crear una paz justa y una coexistencia auténtica en una región donde una potencia ocupante rehusa dialogar con el pueblo que ha intentado vencer y aniquilar, el rey de Jordania afirmó que Israel no ve en los árabes un medio ambiente humano con el que convivir, sino una barrera humana que hay que demoler.

Los dirigentes de Egipto, prosiguió el monarca hachemita, han caído en la trampa que les tendió Israel y han fragmentado el frente árabe. La paz verdadera está ahora más lejos y si Israel quería realmente la paz debía haber pactado con los árabes como un grupo y debía haber ofrecido una postura positiva, abriendo a los palestinos la ocasión de recuperar sus derechos nacionales y humanos.

El Gobierno israelí, recordó el rey de Jordania, no ha hecho hasta el momento ninguna declaración de que esté dispuesto a aceptar el derecho de autodeterminación del pueblo palestino, ni siquiera a cambio de garantías recíprocas de paz y seguridad. «Israel debe retirarse de los territorios que ocupó en 1967, debe respetar el derecho de los palestinos a regresar a su patria y debe aceptar el derecho a la autodeterminación, incluyendo el derecho a establecer un Estado independiente si así lo desean», dijo el rey Hussein, quien añadió que Jordania y los demás países árabes apoyan a los palestinos en su reclamación de esos derechos.

En términos desacostumbradamente duros, Hussein se refirió a los acuerdos de Camp David para subrayar que los resultados de ese pacto tripartito «son contrarios a nuestros intereses nacionales, a los intereses del pueblo palestino y a los intereses del mundo árabe».

El monarca jordano insistió en dos puntos fundamentales: los territorios ocupados son indivisibles y la orilla occidental del Jordán y la franja de Gaza no son, por tanto, diferentes de los altos del Golán o la península del Sinaí. Todos fueron ocupados por la fuerza, todos deben ser devueltos.

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Estados Unidos por sí solo no puede ejercer una influencia constructiva en la consecución de un arreglo justo y una paz duradera mientras continúe suministrando armas a Israel y apoyándolo política y económicamente, enfatizó el rey Hussein.

El monarca jordano propuso unas negociaciones, bajo el patrocinio de la ONU, en que los países árabes estarían representados por una delegación unificada

Una salva de aplausos acogió el final del discurso del rey.

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