Bandolerismo en los aeropuertos españoles
Regresando cada una de nosotras a casa, una de vacaciones y otra de estudiar, nos encontramos con el hallazgo de bandoleros en los aeropuertos españoles. Dos hechos, uno ocurrido en Sondica y otro en Manises, dan fe de ello. En ambos aeropuertos llevamos el equipaje a facturar y se olvidaron de hacerlo.Como es lógico, los equipajes no llegaron a Málaga en el vuelo correspondiente. Hicimos la reclamación oportuna a «objetos perdidos», servicio que, francamente, actuó con mucha diligencia en ambos casos. Ahora bien: la novela kafkiana empieza aquí. El equipaje de Sondica llegó a Málaga, sí, muti...
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Regresando cada una de nosotras a casa, una de vacaciones y otra de estudiar, nos encontramos con el hallazgo de bandoleros en los aeropuertos españoles. Dos hechos, uno ocurrido en Sondica y otro en Manises, dan fe de ello. En ambos aeropuertos llevamos el equipaje a facturar y se olvidaron de hacerlo.Como es lógico, los equipajes no llegaron a Málaga en el vuelo correspondiente. Hicimos la reclamación oportuna a «objetos perdidos», servicio que, francamente, actuó con mucha diligencia en ambos casos. Ahora bien: la novela kafkiana empieza aquí. El equipaje de Sondica llegó a Málaga, sí, mutilado: faltaban faldas, jerseys, colgantes... El de Manises también vivió su aventura: tardó trece días en llegar a Málaga, procedente de Santiago de Compostela, adonde no sabemos cómo llegó, y si lo sabemos es por un amigo gallego, residente en Valencia, al que se llamó por teléfono para que se llegara a Manises para ver qué pasaba y, por casualidad, vio que una maleta dirigida a una de nosotras llevaba un tarjetero de un señor de La Coruña. A partir de este dato se fue realizando una investigación. Por fin llegó, pero también mutilado: faltan seis cassettes, bisutería fina, dos jerseys, ropa interior, una correa de piel...