Protesta de la comunidad negra y satisfacción judía por la dimisión de Andrew Young

Entre las protestas de la comunidad negra y la evidente satisfacción de los sectores conservadores, el polémico embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Andrew Young, presentó su dimisión y se despidió de su puesto con un llamamiento a favor de la reelección del presidente Carter en 1980.

En un conferencia de prensa celebrada ayer en la sede de la misión norteamericana ante la ONU, en Nueva York, el embajador Young aseguró que no había sido forzado a dimitir y que la decisión de abandonar su cargo la había tomado él mismo, libremente, porque lo importante es la paz en Oriente Pr...

Entre las protestas de la comunidad negra y la evidente satisfacción de los sectores conservadores, el polémico embajador norteamericano en las Naciones Unidas, Andrew Young, presentó su dimisión y se despidió de su puesto con un llamamiento a favor de la reelección del presidente Carter en 1980.

En un conferencia de prensa celebrada ayer en la sede de la misión norteamericana ante la ONU, en Nueva York, el embajador Young aseguró que no había sido forzado a dimitir y que la decisión de abandonar su cargo la había tomado él mismo, libremente, porque lo importante es la paz en Oriente Próximo, y su permanencia en la delegación estadounidense sólo serviría «para complicar las cosas».Mientras varias secretarias de la misión norteamericana no podían contener sus lágrimas, un Andrew Young sonriente declaraba a un centenar de periodistas que no lamenta un ápice lo que hizo y, que volvería hacerlo si se presentara la ocasión.

Young insistió en que el incidente que dio lugar a su salida de la embajada en la ONU no debe suponer un enfrentamiento entre las comunidades judía y negra de Estados Unidos, que deben continuar trabajando juntas, por encima de sus diferencias.

El embajador dimisionario no comentó la información publicada ayer en el diario Atlanta Constitution, según la cual los servicios secretos israelíes grabaron, mediante micrófonos ocultos, la conversación mantenida el pasado 26 de julio entre Young y el observador de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en las Naciones Unidas, Zelidi Terzi. Según el citado periódico, los israelíes utilizaron esa grabación para forzar a Andrew Young a que cambiara su primera versión de la entrevista, en la que dijo que el encuentro fue casual.

La misión norteamericana ante la ONU distribuyó ayer a la prensa una «cronología de los acontecimientos», en la que se explica la actuación del embajador Young, que trataba de retrasar en un mes la votación sobre la resolución presentada por Kuwait en el Consejo de Seguridad de la ONU, y en la que se pedía la creación de un Estado palestino.

Siguiendo las instrucciones de su Gobierno, Young, que durante este mes es el presidente del Consejo de Seguridad, mantuvo diversas consultas, entre ellas, la entrevista con el representante de la OLP, que ha provocado ahora su dimisión, bajo intensas presiones. La política oficial norteamericana es el no reconocimiento de la OLP hasta que esta organización admita el derecho a la existencia del Estado de Israel. La actuación de Young, por otra parte muy hábil, tenía como objetivo el evitar la utilización del poder de veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, mediante la modificación del texto del proyecto de resolución sobre el problema palestino.

Creación palestina

La OLP hizo público anoche en las Naciones Unidas un comunicado donde expresa su aprecio por la «valerosa» actuación del embajador Young y el «alto precio a que se ha visto obligado a pagar por sus ideales». La organización palestina califica la dimisión de Young como un ejemplo de «persecución intelectual y opresión racista», y hace un llamamiento a los norteamericano, especialmente a la comunidad negra, para que adviertan cómo «es asesinada la democracia por la presión terrorista».Una oleada de protestas de los líderes de la comunidad negra se dejó oír ayer por todo el país. La dimisión de Young puede suponer el fin del apoyo negro al presidente Carter, advirtieron destacadas figuras de las organizaciones de color. El influyente reverendo Jesse Jackson, un antiguo colaborador de Young en el Movimiento de los derechos civiles, y ahora dirigente de la organización Push, advirtió ayer que si se descubre que las presiones judías han forzado la dimisión del embajador en las Naciones Unidas, los judíos norteamericanos podrían encontrarse con una «sorpresa política».

Young intentó enfriar los áni mos en varias de sus declaraciones y alejar cualquier sombra de enfrentamiento entre las minorías negra y judía. Asimismo, el embajador dimisionario repitió que la política hacia Africa por él dirigida continuará en su ausencia por idénticos derroteros.

Impacto sobre Carter

Todavía es pronto para evaluar el impacto que la dimisión de Young tendrá en la imagen política de Carter en sus posibilidades electorales para el año que viene. Pero la influencia podría ser moderada por la figura elegida para sustituir a Andrew Young. El nombramiento debe hacerse rápidamente, porque la Asamblea General de la ONU está a punto de comenzar y este año se anuncian espectaculares visitas a la sede de la Organización, como la del papa Juan Pablo II y, posiblemente, la de Yasser Arafat.En los poderosos círculos pro israelíes, la dimisión de Andrew Young no eliminó todas las reticencias respecto a un cambio de postura en la política norteamericana hacia la OLP y se recordaba ayer que el embajador de Estados Unidos en Viena, Milton Wolf, se ha entrevistado en tres ocasiones con un representante palestino y no ha sido amonestado por el Departamento de Estado. Sin embargo, esta información ha sido desmentida por la OLP.

Para los sectores más conservadores y reaccionarios, la dimisión de Young es una importante victoria y supone la desaparición de una auténtica pesadilla.