GALICIA

"Guerra" abierta entre un sacerdote coruñés y sus parroquianos

La mayor parte de los vecinos de la parroquia de Santa María de Cruces (Padrón, La Coruña) han pedido la sustitución del párroco, José Otero Gómez, bajo acusaciones graves de alterar la convivencia social y de poner en peligro la tradición religiosa del lugar.Según informan, el párroco vendió en 100.000 pesetas el panteón de tres nichos que los vecinos habían construido para que allí fueran enterrados los sacerdotes de la parroquia cuando fallezcan en ella. Se negó, sin embargó, a que las familias que carecen de nichos construyeran panteones en el cementerio, por lo que hubo que pedir permiso ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La mayor parte de los vecinos de la parroquia de Santa María de Cruces (Padrón, La Coruña) han pedido la sustitución del párroco, José Otero Gómez, bajo acusaciones graves de alterar la convivencia social y de poner en peligro la tradición religiosa del lugar.Según informan, el párroco vendió en 100.000 pesetas el panteón de tres nichos que los vecinos habían construido para que allí fueran enterrados los sacerdotes de la parroquia cuando fallezcan en ella. Se negó, sin embargó, a que las familias que carecen de nichos construyeran panteones en el cementerio, por lo que hubo que pedir permiso al Obispado para utilizar los 594 metros cuadrados del huerto parroquial.

Igual protesta contra el sacerdote elevan los vecinos por el hecho de que les cobre oblatas anuales de 2.000 pesetas por el uso de enterramientos y por haber predicado en la iglesia que sólo él podrá vender velas para el culto. Este último punto motivó Incluso una protesta ante el Obispado por parte de los vendedores de velas.

No obstante, la gota que colmó la paciencia de los vecinos ha sido la negativa del párroco a ceder el local parroquial que necesitaban para instalar una escuela de párvulos. El informe de. la inspección de Enseñanza fue favorable a que se utilizara una dependencia parroquial que ya fue escuela anteriormente y que reúne buenas condiciones para impartir la enseñanza que necesitan los niños de varias aldeas. La negativa del sacerdote ocasionó ya una manifestación y varios enfrentamientos verbales con él. La guerra entre los parroquianos y el sacerdote ha llegado hasta el pintoresquismo de que éste denunciara a una vecina en el juzgado porque una de sus gallinas se paseó por el atrio de la iglesia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En