Alitalia puede ser la primera compañía que cancele un pedido de DC-10

El Gobierno italiano deberá decidir antes del próximo 30 de junio si otorga la correspondiente autorización para que la compañía aérea estatal Alitalia adquiera las seis unidades del avión DC-10/30, ya contratadas con la empresa norteamericana McDonnell Dougias, según confirmó el presidente de las líneas aéreas italianas, Umberto Nordio, al presentar los resultados de la sociedad durante el pasado año.

Si el Gobierno decide no otorgar la correspondiente autorización, el contrato quedaría automáticamente rescindido, lo que supondría el primer golpe importante para la constructora norteam...

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El Gobierno italiano deberá decidir antes del próximo 30 de junio si otorga la correspondiente autorización para que la compañía aérea estatal Alitalia adquiera las seis unidades del avión DC-10/30, ya contratadas con la empresa norteamericana McDonnell Dougias, según confirmó el presidente de las líneas aéreas italianas, Umberto Nordio, al presentar los resultados de la sociedad durante el pasado año.

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Si el Gobierno decide no otorgar la correspondiente autorización, el contrato quedaría automáticamente rescindido, lo que supondría el primer golpe importante para la constructora norteamericana, como consecuencia del affaire iniciado con el accidente de Chicago y la polémica desatada sobre las condiciones de seguridad del DC-10.El futuro del avión norteamericano acaparó la casi totalidad de la conferencia de prensa de Umberto Nordio, celebrada en Roma. Alitalia, que posee en estos momentos ocho unidades del DC-10, sería probablemente. una de las más afectadas por una prohibición prolongada de vuelo para estos aparatos entre las compañías europeas.

Según su presidente, una medida de este tipo representaría, además de la pérdida derivada del valor contable de los ocho aviones (unos 6.500 millones de pesetas), la imposibilidad de mantener las actuales rutas y una importante hipoteca para los planes futuros de expansión de la compañía.

La posibilidad de que las seis unidades del DC-10 ya contratadas no fueran finalmente adquiridas por Alitalia fue admitida por el señor Nordio, quien reveló la existencia de dos cláusulas en el contrato suscrito con la McDonnell Douglas, por las que el compromiso quedaba rescindido si el IRI (ente público industrial italiano), accionista mayoritario de Alitalia, no autorizaba la operación antes del pasado 31 de mayo, o si las autoridades italianas no otorgaban asimismo su aquiescencia antes del próximo día 30 de junio.

A juzgar por las manifestaciones del presidente de Alitalia, la primera de las condiciones ya no se ha cumplido, y existen relativas posibilidades de que el Gobierno tampoco Otorgue su autorización. En el mejor de los casos, pudiera solicitarse una moratoria para las decisiones, en espera de la resolución final de la comisión investigadora en Estados Unidos.

Según los técnicos de Alitalia, encargada, por cierto, de la revisión de los polémicos anclajes del motor a las alas en el DC-10 dentro del acuerdo Atlas, el aparato norteamericano había sido verificado por las autoridades aeronáuticas norteamericanas -país constructor- e italianas -como receptoras-, y hasta el momento no se han detectado fallos en la zona polémica; es decir, en los anclajes de los motores a las alas. Al parecer, existen sustanciales diferencias en los métodos de revisión de los DC-10 entre las compañías americanas y europeas, especialmente en lo que se refiere al desmontado de los motores de los aparatos. Sin embargo, ninguno de los técnicos italianos, ni el presidente de la compañía, quisieron adelantar conclusiones al respecto, remitiéndose a los.resultados de la encuesta.

En cualquier caso, el presidente de Alitalia calificó de desproporcionada la reacción desatada e insistió en que la seguridad estaba plenamente garantizada y -que, en cualquier caso, la investigación podría haberse desarrollado sin tan graves repercusiones para las compañías, plenamente capacitadas para decidir si un avión está o no en condiciones de volar.

Durante 1978, Alitalia obtuvo unos beneficios netos de 14.105 millones de liras (1.094 millones de pesetas), con una facturación global de 986.066 millones de liras (76.518 millones de pesetas), que representa un incremento del 13% sobre los obtenidos el año precedente. El consejo de administración propuso a la junta general un reparto del beneficio, según el cual se destinan 3.900 millones de liras (unos trescientos millones de pesetas) al pago del dividendo del 5%; otros 705 millones (unos 55 millones de pesetas), a la reserva ordinaria, y unos 9.500 millones de liras (unos 730 millones de pesetas), para constituir una reserva extraordinaria.

El programa de expansión de la compañía para los próximos doce años supone una inversión totalde 2,5 billones de liras (200.000 millones de pesetas) y la creación de unos 6.500 puestos de trabajo.

En lo que se refiere al futuro del tráfico aéreo, el presidente de Ahtalia pronosticó un alza generalizada de las tarifas en los próximos meses, como consecuencia del constante aumento de los costes de los carburantes, que en los últimos tres meses se incrementan a razón de un 20% mensual, y desde enero de 1978 lo han hecho en un 151%. Expresó asimismo su preocupación por los eventuales problemas de abastecimiento, previstos para la década de los ochenta.

Finalmente anunció que su compañia se propone proseguir en su política de restricción de servicios, como único medio de reducir los costes y mantener unas tarifas asequibles.

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