La explosión de una bomba en Lemoniz mata a un trabajador

Un comando armado penetró ayer en las instalaciones de la central nuclear de Lemóniz, pese a las medidas de seguridad existentes, y, tras maniatar a varios empleados, colocó una bomba en el pabellón de turbinas número uno. La explosión del artefacto mató al trabajador Angel Baños, de 46 años, que, por causas desconocidas, no había desalojado las instalaciones, pese a que las sirenas dieron la alarma tras recibirse avisos telefónicos sobre la colocación de una bomba.El comando que penetró en la central estaba compuesto por dos jóvenes armados, que entraron en el mencionado pabellón cuando éste ...

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Un comando armado penetró ayer en las instalaciones de la central nuclear de Lemóniz, pese a las medidas de seguridad existentes, y, tras maniatar a varios empleados, colocó una bomba en el pabellón de turbinas número uno. La explosión del artefacto mató al trabajador Angel Baños, de 46 años, que, por causas desconocidas, no había desalojado las instalaciones, pese a que las sirenas dieron la alarma tras recibirse avisos telefónicos sobre la colocación de una bomba.El comando que penetró en la central estaba compuesto por dos jóvenes armados, que entraron en el mencionado pabellón cuando éste se encontraba prácticamente vacío por coincidir con el cambio de turno. El comando encañonó y esposó a los dos operarios encargados del tanque de refrigeración, obligándoles a abandonar el lugar, y posteriormente debieron colocar el artefacto -al parecer, de escasa potencia- en la parte inferior del tanque.

A raíz de un atentado anterior, ocurrido el 17 de marzo de 1978, Iberduero extremó una serie de medidas de seguridad. Para desplazarse por el interior de la planta es preciso portar una credencial nominal, que es examinada por los servicios de seguridad cada vez que se traspasan las barreras que separan las distintas partes de la obra.

Cuatro partidos políticos -PNV, PSOE, PC y ESEI- hicieron público un duro comunicado de condena contra este «asesinato, que expresa un absoluto desprecio a la vida y a los derechos de la persona y atenta contra los trabajadores, contra el proceso democrático y, en particular contra el Estatuto de Autonomía». En parecidos términos se expresan también las centrales sindicales UGT y Comisiones Obreras, con llamamiento a asambleas en todas las fábricas y manifestaciones de protesta en los pueblos.

Este atentado se produce quince meses después de otro que costó la vida a dos trabajadores. El obrero muerto ayer era padre de cinco hijos y prestaba sus servicios en una de las contratas que por cuenta de Iberduero construyen la central nuclear. Con ésta ya son cuatro las víctimas mortales de las acciones que han sido dirigidas contra la central.

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