La responsabilidad de la izquierda

«( ... ) Contra lo que se prometió antes de las elecciones, el Estado no va a hacerse cargo de la deudas municipales. La carga heredada del franquismo y sus continuadores va a tener que ser soportada por la izquierda como una pesada losa. La política municipal, sobre todo allí donde ha ganado la izquierda, no va a encontrar el camino alfombrado de rosas precisamente. Tratarán de demostrar que la izquierda fracasa recortándole ayudas y negándole lo que a otros le dieron generosamente.Pero es que también en simples cuestiones de orden público se han producido contradicciones. Incluso un ayuntami...

«( ... ) Contra lo que se prometió antes de las elecciones, el Estado no va a hacerse cargo de la deudas municipales. La carga heredada del franquismo y sus continuadores va a tener que ser soportada por la izquierda como una pesada losa. La política municipal, sobre todo allí donde ha ganado la izquierda, no va a encontrar el camino alfombrado de rosas precisamente. Tratarán de demostrar que la izquierda fracasa recortándole ayudas y negándole lo que a otros le dieron generosamente.Pero es que también en simples cuestiones de orden público se han producido contradicciones. Incluso un ayuntamiento ha tenido que presentar su dimisión por discrepancias con decisiones del Gobierno Civil. Cuarenta años de dictadura han creado unos hábitos que van a ser difíciles de desterrar en la democracia. Los gobernadores civiles estaban acostumbrados a alcaldes obedientes y sumisos, dedicados principalmente a la cómoda labor de aplaudir. Ahora es distinto.

Frente a estas situaciones la obligación de la izquierda es proporcionar a los ciudadanos una información veraz y completa de lo que está sucediendo. No pueden guardarse los comentarios y críticas para las tertulias de café o para los pasillos de los centros oficiales. La izquierda tiene la obligación de informar cumplidamente a los electores de los obstáculos que encuentran para el cumplimiento de sus promesas. Nadie puede pedir cosas imposibles, pero sí que se les diga la verdad sin tapujos ni componendas.»

3 de junio.