Fracaso relativo de la huelga general en Argentina

La huelga general convocada para el pasado viernes en Argentina resultó ser, cuantitativamente, un fracaso. Pero los analistas políticos señalan que es preciso examinar las consecuencias del paro a la luz de las especialísimas circunstancias del momento argentino. En este sentido, se argumenta, la huelga ha ofrecido un saldo favorable.En efecto, el simple hecho de la convocatoria a la protesta laboral en un país dominado durante tres años por una férrea dictadura militar suponer per se un desafío notable. Hace tan sólo ocho meses hubiera resultado imposible pensar siquiera en una acción sindic...

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La huelga general convocada para el pasado viernes en Argentina resultó ser, cuantitativamente, un fracaso. Pero los analistas políticos señalan que es preciso examinar las consecuencias del paro a la luz de las especialísimas circunstancias del momento argentino. En este sentido, se argumenta, la huelga ha ofrecido un saldo favorable.En efecto, el simple hecho de la convocatoria a la protesta laboral en un país dominado durante tres años por una férrea dictadura militar suponer per se un desafío notable. Hace tan sólo ocho meses hubiera resultado imposible pensar siquiera en una acción sindical de estas características.

A pesar del evidente miedo a las represalias latente en la mayoría de la masa laboral, a pesar de las detenciones de los dirigentes gremiales auspiciadores del paro, de las severas advertencias de la Junta Militar y el despliegue policial, más del 20% de los trabajadores (esta es la cifra en la que están de acuerdo la mayoría de las fuentes), se unió a la huelga. Este hecho demuestra por sí solo la potencialidad opositora de las organizaciones sindicales, capaces de desafiar, aun en las más difíciles circunstancias, al Gobierno de las fuerzas armadas.

Otra lección que, según los observadores, obtendrá el presidente Jorge Videla de la huelga está relacionada con su discutido ministro de Economía, José Martínez de Hoz. Videla se ha convertido en la única persona que, cree en la eficacia, a largo plazo, del plan económico desarrollado desde el Ministerio correspondiente. Martínez de Hoz es, sin duda, el ministro más impopular de la reciente historia argentina, y su actuación ha tenido la virtud de romper el monolítico bloque de las fuerzas armadas del país.

Ni siquiera el general Viola, representante del ejército de tierra en la Junta Militar y considerado el alter ego de Videla, comparte la confianza del presidente en el ministro. Estas circunstancias y el hecho de que la Jornada Nacional de Protesta haya tenido como motivo principal el rechazo al plan económico de Martínez de Hoz, forzarán seguramente al presidente argentino a reconsiderar su hasta ahora incondicional apoyo al funcionario.

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