"La sangre judía no será derramada impunemente" afirma Begin

«La sangre judía no será derramada impunemente», declaró ayer el primer ministro israelí, Menahem Begin, durante los funerales de Dan Haran y sus dos hijas pequeñas, víctimas del ataque terrorista palestino en Nahariya, el pasado domingo.¿Anuncian tales palabras una ola de represalias israelíes? La mayor parte de los especialistas están convencidos de que Israel no se contentará con el ataque naval -primera respuesta al ataque terrorista- en el norte de Líbano, y buscará los medios de infligir una dura lección a la Organización para la Liberación de Palestina.

Pocas horas antes del alba...

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«La sangre judía no será derramada impunemente», declaró ayer el primer ministro israelí, Menahem Begin, durante los funerales de Dan Haran y sus dos hijas pequeñas, víctimas del ataque terrorista palestino en Nahariya, el pasado domingo.¿Anuncian tales palabras una ola de represalias israelíes? La mayor parte de los especialistas están convencidos de que Israel no se contentará con el ataque naval -primera respuesta al ataque terrorista- en el norte de Líbano, y buscará los medios de infligir una dura lección a la Organización para la Liberación de Palestina.

Pocas horas antes del alba, en Nahariya, cuatro comandos palestinos desembarcaron en una de las playas de la localidad. Después de dejar el bote neumático que los transportó desde una base en el norte de Líbano, se dirigieron rápidamente hacia uno de los apartamentos más próximos al mar, en la calle de Jabotinsky.

Al llegar a la casa, los palestinos apretaron los intercomunicadores. Entonces, la señora Sela, una vecina, se asomó a la ventana y preguntó: «¿Quiénes sois?» No contestaron. Alguien había abierto la puerta y los terroristas palestinos entraron en el edificio.

Charles Shapiro también se había despertado. Uno de los palestinos comenzó a aporrear la puerta de su piso. Tomó el revólver Magnum e hizo frente al atacante. Dos disparos certeros al pecho y a la cabeza.

La tragedia se estaba desarrollando en la estancia contigua, la de la familia Haran. Uno de los palestinos hacía frente al señor Shapiro, que seguía disparando, incluso cuando fue herido por la metralla de una granada.

Dan Haran recibía un disparo, mientras su esposa acallaba los llantos de la pequeña Yael, hasta el punto de que la asfixió sin darse cuenta. Los primeros efectivos de la policía llegaban a la playa.

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Seis muertos en el ataque palestino a la ciudad-balnerio de Nahariya

(Viene de Primera página)

Los tres palestinos cogieron a la pequeña Anath Haran, de cuatro años. Un joven sargento se interpuso y fue abatido. Mientras la pequeña era arrojada de cabeza contra una piedra, su padre caía muerto en la arena pocos metros detrás. Un segundo terrorista era muerto por la policía y los otros dos se rendían.

La acción del domingo sigue viva entre los israelíes. Ayer aún no se habían borrado las manchas de sangre en las rocas de la playa de Nahariya, donde los terroristas, en su huida, hicieron estallar la cabeza de la pequeña Anath, de cuatro años. Su padre les había suplicado: «Tornadme como rehén, pero dejadla vivir.» Todo fue en vano. Y como si no hubiera bastante con este drama, la madre, que se había escondido con la pequeña Yael, de dos años, en el tejado de la casa, intentó no atraer la atención de los terroristas con los llantos de la pequeña, de tal forma que la tapó la boca y apretó.... sin darse cuenta, víctima del pánico. Yael dejó de respirar poco después.

En Nahariya nadie osa dirigir la palabra a Samelar Haran, la madre, la única superviviente de la matanza, y que está viviendo un infierno.

La víspera, por la noche, este corresponsal estuvo paseando por Nahariya. Las terrazas de los cafés estaban repletas: jóvenes israelíes, turistas... Por todas partes había soldados, pero acostumbrados a la tranquilidad de Nahariya, rodeada por un china tibio de primavera, donde el olor del in ar se mezcla con el de los naranjos.

Algunas horas más tarde, la muerte irrumpía en Nahariya. El domingo, poco antes del amanecer, hacia las 2.30 de la inadrugada, cuatro Falestinos con fusiles Kalatchnikoff (soviéticos) llegaron a la playa en un bote neumático y desencadenaron su «ataque audaz», según Radio Damasco. El fruto de esta «audacia»: una familia israelí diezmada. El padre, Dan Haran, y sus dos hijitas, de cuatro y dos años, murieron al amanecer.

Un policía israelí de veinticuatro años, que intentó detener a los terroristas, fue ilmalmente abatido. Irónicamente, (los terroristas fueron elirninados por civiles que se habían parapetado en el interior de su apartamento.

Una vez más, un comando palestino ha atacado a civiles, ha tomado rehenes, un padre y su hija pequeña., y una vez más los israelíes no han transigido con los asaltantes. El resultado: a la hora de transmitir esta erónica no se sabe si Dan Haran y su hija Anath murieron por balaspalestinas o israelíes.

Defensores civiles

En Nahariya, lo que más sorprendió el dom'Lngo por la mañana era la calma insólita que reinaba: calma después de la tempestad. Los niños marcharon a la escuela, a las ocho, como si nada hubiera ocurrido. Los almacenes abrieron a las nueve, como de costumbre. Las amas de casa hicieron sus compras. Y sólo algunos curiosos permanecían en la playa, alrededor del bote neumático y los casquillos de balas.

Shoshana Sela, de treinta años, dice que se despertó «cuando sonó el intercomunicador de la puerta y una voz dijo company. Mi marido no abrió y me hizo ir a mirar el segundo piso. Miré por la ventana y vi a dos hombres de uniforme con fusiles. Entonces les pregunté quiénes eran, y al no responderme telefoneé a la policía».

Charles Shapiro, de 34 años, que emigró recientemente desde Suráfrica, comentó de esta manera su enfrentamiento con uno de los comandos: «Ellos comenzaron a golpear la puerta de mi casa con intención de abrirla. Me acerqué a mi mesita de noche y tomé el revólver de calibre veintidós Magnum. Me encaminé a la puerta, pero lejos de la línea de fuego. Cuando uno de los terroristas entró en la habitación le disparé al pecho y a la cabeza. Entonces los demás se habían adentrado en el piso de la familia Haran.»

El generai Zayitn, comandante de la defensa civil, recomienda que se repartan armas a cada familia israelí. «Gracias a la sangre fría -comenta- de los ciudadanos armados se ha evitado lo peor en Nahariya.»

Varios diputados, entre ellos, el presidente de la Knesseth (Parlamento) solicitan que se vote una ley introduciendo la pena de muerte para los terroristas que hayan causado la muerte de civiles.

Moshe Dayan, que hace unas semanas declaraba que «no se puede ignorar a la OLP», se corrigió. «Es inimaginable -dijo- que un representante israelí, cualquiera que sea, pueda sentarse en la mesa de negociaciones con asesinos de esta especie. »

El ministro de Defensa, Ezer Weizman, manifestó antes de su salida a El Cairo que Sadat ha enviado a Begin su condolencia en una conversación telefónica.

La radio israelí ha difundido largos pasajes del comunicado del Frente de Liberación de Palestina (FLP), que reivindicó el ataque a Nahariya. En el comunicado se dice que el objetivo era «tomar un hotel y varias casas», así como «la captura de una decena de soldados israelíes». El comunicado concluye diciendo que la OLP no cejara en su lucha hasta haber reconquistado toda Palestina y liberado a los judíos palestinos del yugo sionista.

Esto lo reprodujo la radio israelí sin comentarios. Mi vecino de alojamiento, un pacifista, contrario a la ocupación de tierras árabes, me dijo: «No sé si reír o llorar, lo que sé es que no quiero saber nada de estos asesinos, cobardes y mentirosos.»

La represalia israelí

Sin embargo, a pesar de la tranquilidad de la localidad donde se registró la tragedia, las autoridades. militares israelíes ordenaron inmediatamente la respuesta armada habitual en estos casos.

Cuatro cañoneras subieron por el litoral libanés acercándose a un campamento palestino, cercano a Trípoli, regentado por el Frente que dirige Georges Habache. Fuentes palestinas no comunicaron.las bajas. Cuatro soldados israelíes no regresaron a su base.

Pero los palestinos tuvieron ayer un nuevo frente con la milicia derechista libanesa, a quien atacaron comandos fedayines cuando los soldados de Haddad conmemoraban con un desfile la creación del Estado independiente del Sur.

Poco después de que los derechistas cayeran muertos, su artillería comenzó a disparar contra las posiciones palestinas, ¡niciándose un duelo de consecuencias dificiles de calcular.

Y frente a la cruda realidad de la sangre y la muerte, el espectáculo con trazos cómicos de variosjuicios en Líbano: uno, contra Haddad, por «traidor a la patria»; otros, contra el presidente libanés, Sarkis; el sirio, Assad, y el líder palestino, Yasser Arafat, por «genocidio».

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