El PNV revitaliza la figura de Leizaola

El anuncio por parte del PNV, cuyos parlamentarios electos visitaron ayer en San Juan de Luz al lendakari Leizaola, de que a esta visita seguírán nuevos contactos de diversas instancias del partido con el presidente del Gobierno autónomo vasco, parece indicar la voluntad nacionalista de revitalizar la imagen de éste de cara a la negociación del Estatuto de Autonomía.Tras el abandono, en enero pasado, de la vieja institución republicana por parte de los representantes del PSOE, el Gobierno vasco pareció perder parte de su imagen como organismo paralelo al Consejo General Vasco. Sin embar...

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El anuncio por parte del PNV, cuyos parlamentarios electos visitaron ayer en San Juan de Luz al lendakari Leizaola, de que a esta visita seguírán nuevos contactos de diversas instancias del partido con el presidente del Gobierno autónomo vasco, parece indicar la voluntad nacionalista de revitalizar la imagen de éste de cara a la negociación del Estatuto de Autonomía.Tras el abandono, en enero pasado, de la vieja institución republicana por parte de los representantes del PSOE, el Gobierno vasco pareció perder parte de su imagen como organismo paralelo al Consejo General Vasco. Sin embargo, el temor nacionalista a que el proyecto de Estatuto sufra serlos recortes a su paso por las Cortes, ha hecho Insistlr al PNV en el carácter del Gobierno de Leizaola como portador de la legitimidad popular otorgada en las votaciones que plebiscitaron el Estatuto de los años 30. El diputado Xabier Arzallus insistió ayer mismo en San Juan de Luz en este punto, reafirmando que el Gobierno vasco «seguirá en su puesto en tanto no exista un Estatuto comparable, como mínimo, al de 1936».

Esta potenciación de la figura del viejo lendakari cabe interpretarla, por otra parte, como una pieza de la estrategia negociadora del PNV en torno al Estatuto, dada la conocida preocupación que suscita periódicamente en el Gobierno Suárez la presencia de este residuo de la legalidad republicana. De hecho, en casi todas las negociaciones de cierta importancia mantenidas hasta el presente entre el PNV y el Gobierno, este último ha comenzado siempre por plantear la disolución del Gobierno vasco como una cuestión previa. Sin embargo, los nacionalistas han preferido sistemáticamente guardar esta carta, para lo que consideran el embite final: la negociación del Estatuto de Autonomía. La otra carta, guardada por el momento por los nacionalistas, reservada también para este embite final, sería lit retirada de sus parlamentarios del Congreso y Senado, como ya hiciera la minoría vasca durante la segunda legislatura republicana, en los años 30.

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