La FAO propone un plan para evitar una nueva crisis de alimentos

El mundo no se encuentra en situación de hacer frente a una crisis alimentaria de cierta consideración, ha dicho el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este organismo ha propuesto un plan de acción para dar al mundo la seguridad en materia de alimentos.

El director general de la FAO, Edouard Saouma, dijo que proponía su plan de acción individual y colectiva, por parte de todos los Gobiernos, a la vista de que la esperanza de que éstos quedaran legalmente vinculados a compartir sus existencias de cereales y estabilizar e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El mundo no se encuentra en situación de hacer frente a una crisis alimentaria de cierta consideración, ha dicho el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este organismo ha propuesto un plan de acción para dar al mundo la seguridad en materia de alimentos.

El director general de la FAO, Edouard Saouma, dijo que proponía su plan de acción individual y colectiva, por parte de todos los Gobiernos, a la vista de que la esperanza de que éstos quedaran legalmente vinculados a compartir sus existencias de cereales y estabilizar el abastecimiento de los mismos se está desvaneciendo, al haberse aplazado indefinidamente las negociaciones para un nuevo acuerdo internacional del trigo.Cuando las propuestas de la FAO sean adoptadas por un buen número de países, podrá entrar en vigor un sistema de reservas alimentarias propias de cada uno de esos países, coordinadas internacionalmente. Este sistema tratará de asegurar al mundo lo necesario para alimentarse aun en momentos de carestía general, así como de aliviar la suerte de los países peor provistos. En tiempos de escasez dentro de un país o en vanos, se recurrirá a las reservas nacionales, con sujeción a un reglamento adoptado internacionalmente.

El plan será examinado a principios del mes que viene por el comité de la FAO sobre seguridad alimentaria mundial y será más tarde, propuesto para su adopción por parte de los Gobiernos y para que lo sancione el Consejo Mundial de la Alimentación, otro organismo de las Naciones Unidas.

La crisis sería más grave

«Una nueva crisis alimentaria -advirtió el director de la FAO sería causa de mucho más sufrimiento que la pasada, aunque sólo sea porque ahora hay más gente en los países escasos de alimentos. Sería también más difícil de afrontar con éxito, porque la mayoría de las reservas se encuentran ahora concentradas en unos cuantos países y no sería fácil disponer de ellas rápidamente en caso de una emergencia generalizada.»Explicando el plan a los representantes permanentes en Roma de los Gobiernos miembros de la FAO, el señor Saouma dijo que el propósito que persigue el citado plan es el de poner en vigor íntegramente las recomendaciones del compromiso internacional sobre seguridad alimentaria mundial adoptado en 1974 por la FAO y suscrito ya por 75 naciones y por la Comunidad Económica Europea.

Más población que producción

A pesar de que ya se han tomado medidas para llevar a la práctica algunas de esas recomendaciones, el director de la FAO dijo que las referentes a seguridad alimentaria son muy insuficientes. El resultado es que las reservas de alimentos siguen siendo lamentablemente escasas en los países en desarrollo. La producción de alimentos sigue creciendo más despacio que el número de habitantes y que las necesidades, con lo que los Gobiernos tienen que recurrir cada vez en mayor medida a importar cereales y a vivir al día con las cosechas del año, expuestas, como están siempre, a malograrse por causas de fuerza mayor.Algunos elementos del plan de acción exigen medidas individuales por parte de cada país, mientras que otros entrañan cooperación internacional.

El plan pretende que todos los países adopten una política nacional de reservas de cereales, fijando al mismo tiempo el monto que consideran ideal como meta. Sólo recurrirán a esas reservas para garantizar el abastecimiento del país, y nunca con fines comerciales. Los países que produzcan alimentos de sobra deberán retener una cierta cantidad como reserva internacional. El compromiso reconoce que los países en desarrollo tropiezan con dificultades especiales para constituir sus reservas y hace recaer responsabilidades adicionales sobre el resto de la comunidad internacional.

Hasta la fecha, 39 países en desarrollo han adoptado oficialmente una política de reservas, pero sólo once han alcanzado las metas fijadas para las mismas.

El comité de la FAO sobre seguridad alimentaria mundial formularía normas que regularán la salida de alimentos de las reservas, permitiéndola sólo en caso de pérdida de cosechas, desastres naturales o para que algún país en desarrollo hiciera frente a sus necesidades de importación a un costo razonable.

En vista de que muchos países en desarrollo tienen ya considerables déficits alimentarios, se pedirá a los países donantes que se comprometan y a entregar, como ayuda, alimentos en cantidad tal que el límite de 4,7 millones de toneladas anuales, legalmente obligatorio en virtud del acuerdo internacional del trigo de 1971, aumente hasta llegar a los diez millones de toneladas que fijó como meta la Conferencia Mundial de la Alimentación en 1974, pero que todavía no ha sido nunca alcanzada. La FAO recomienda, además, que la meta aumente a trece millones de toneladas para 1982 y a dieciséis millones de toneladas para 1985.

Se pedirá también al Fondo Monetario Internacional que tome en cuenta la posibilidad de ayudar económicamente a los países en desarrollo para que estos puedan hacer frente a sus considerables cuentas de importación de alimentos.

Sería conveniente incrementar la ayuda, tanto bilateral como multilateral, a los países en desarrollo, para que estos pudieran crear y mantener reservas de alimentos. La ayuda que actualmente se encamina a través del plan de la FAO de ayuda para la seguridad alimentaria y de otros planes análogos es de muy poca consideración en comparación con lo que se necesitaría. Además, el comité de la FAO de la ayuda a la seguridad alimentaria mundial debería coordinar la ayuda procedente de las diferentes fuentes para hacerla más efectiva.

Finalmente, debería promoverse la ayuda mutua entre países vecinos en desarrollo para que conjuntamente garanticen la seguridad alimentaria de todos ellos. Ya hay dos grupos de países -las naciones de la ASEAN, en el sureste de Asia, y las del SAHEL, en Africa- que proyectan constituir reservas regionales de alimentos. Los países donantes y las organizaciones internacionales deben apoyar los esfuerzos de otros grupos de países que tengan proyectos semejantes.

Archivado En