Los pescadores acogen con frialad el acuerdo pesquero con la CEE

El acuerdo pesquero suscrito en Bruselas entre las delegaciones de España y la Comunidad Económica Europea ha sido acogido desfavorablemente por el sector, en contraste con el triunfalismo evidenciado por los responsables de la Administración. El texto del acuerdo será aplicable hasta finales del presente año y sustituirá al régimen provisional, cuya última prórroga expira el próximo 31 de marzo.

A partir del próximo día 1 de abril, la CEE otorgará doscientas licencias para los pesqueros españoles, frente a las 240 que actualmente existen, en pesca de altura y otras 260 para las labores...

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El acuerdo pesquero suscrito en Bruselas entre las delegaciones de España y la Comunidad Económica Europea ha sido acogido desfavorablemente por el sector, en contraste con el triunfalismo evidenciado por los responsables de la Administración. El texto del acuerdo será aplicable hasta finales del presente año y sustituirá al régimen provisional, cuya última prórroga expira el próximo 31 de marzo.

A partir del próximo día 1 de abril, la CEE otorgará doscientas licencias para los pesqueros españoles, frente a las 240 que actualmente existen, en pesca de altura y otras 260 para las labores de bajura, prácticamente equivalentes a las actuales. Los cupos de capturas quedan también prácticamente estacionarios, con 15.000 toneladas y 31.000 toneladas, respectivamente. Los representantes españoles habían expuesto en principio la necesidad de al menos mantener las 240 licencias de pesca de altura y un total de 507 para las de bajura.La primera valoración sectorial del acuerdo ha sido la efectuada por el secretario general de la Federación de Armadores, Germán Alvarez, quien estimó a su regreso de Bruselas -donde ha participado en las negociaciones por parte española- «que las cosas podían haber ido peor». En términos generales, el representante de los armadores estima que las licencias otorgadas son insuficientes para garantizar la actividad de la flota, aunque valora positivamente el incremento de los cupos de merluza y el que el régimen establecido no sea nuevamente provisional por un espacio reducido de tiempo, sino que alcance hasta finales del presente año. En cuanto al tema de bajura, el representante de los armadores estimó que los objetivos alcanzados eran aceptables, aunque no se hubieran logrado el 100% de las peticiones iniciales.

La Administración, por su parte, ha reaccionado con marcado triunfalismo tras el acuerdo de Bruselas. El director general de Pesca, Gonzalo Vázquez, que ha participado en las negociaciones, manifestó a diversos medios informativos que «es lo mejor que se ha podido conseguir». Paralelamente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, silente durante las últimas semanas respecto al tema, difundió a primeras horas de ayer una nota en la que señala que el acuerdo «mejora la postura de la pesca española para 1979, en relación con el pasado año, tanto en altura como en bajura». La nota añade más adelante que las ofertas comunitarias estaban muy por debajo de lo alcanzado y que «la coordinación ha sido constante y eficaz entre los Ministerios implicados y el acuerdo elimina la incertidumbre de años pasados».

Medios comunitarios de Bruselas destacaron el hecho de que el acuerdo con España haya sido establecido «teniendo la consideración de futuro miembro de la CEE y no como tercer país hacia España». El comisario de Pesca comunitario, Henri Simonet, que dirigió la delegación comunitaria en las negociaciones, manifestó al término de las sesiones que «sólo se ha pedido a los pescadores españoles un sacrificio incluso menor que el realizado por los comunitarios, que han reducido voluntariamente sus capturas en el interior de las doscientas millas en los últimos diez meses».

Persiste el amarre de la flota

A pesar de los sucesivos desmentidos oficiales, la impresión generalizada en el sector pesquero la de prever una situación de progresivo desabastecimiento en los mercados de pescados frescos en las próximas semanas, de persistir el amarre de la práctica totalidad de la flota española. En las regiones del sur, especialmente en las provincias de Cádiz y Huelva, se están produciendo numerosos desenroles de las tripulaciones, lo que contribuye notablemente a enrarecer la situación. Ayer, incluso, los buques que suelen faenar frente a las costas españolas rehusaron hacerse a la mar, en espera de las medidas que puedan derivarse de las conversaciones que representantes de las Administraciones de España y Portugal, así como con las autoridades de Marruecos, mantengan en los próximos días. Fuentes del Ministerio de Transportes y Comunicaciones expresaron ayer su convencimiento de que la situación varíe sensiblemente a partir de la visita del ministro Sánchez Terán a Lisboa, programada para el próximo martes.

Contrastando con las estimaciones oficiales, que aseguran que el mercado de Madrid -definido como «corazón comercial» del país- no tiene planteados problemas de desabastecimiento, las informaciones procedentes de las distintas lonjas pesqueras señalan la práctica inexistencia de pescado, con la salvedad del aportado por pequeñas embarcaciones que recorren el litoral próximo a sus puertos de origen.

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