Tribuna:DIARIO DE UN SNOB

Chulos que somos

Estaba yo en la plaza del Popolo, con Aquilino Duque, cogiendo de vez en cuando, con la mano, las estrellas de la noche romana, como cerezas del ferragosto, y Aquilino me habló por primera vez -y con entusiasmo- del libro de José Carlos Mainer sobre la Falange y la literatura, o sobre la literatura falangista. Efectivamente, el libro estaba muy bien.Ahora, José-Carlos Mainer -al que conozco personalmente, ay, porque uno no puede conocer a todo el mundo, ni siquiera al mundo que quisiera conocer-, me envía desde Barcelona, donde reside, el encendido recorte de un periódico catalán...

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Estaba yo en la plaza del Popolo, con Aquilino Duque, cogiendo de vez en cuando, con la mano, las estrellas de la noche romana, como cerezas del ferragosto, y Aquilino me habló por primera vez -y con entusiasmo- del libro de José Carlos Mainer sobre la Falange y la literatura, o sobre la literatura falangista. Efectivamente, el libro estaba muy bien.Ahora, José-Carlos Mainer -al que conozco personalmente, ay, porque uno no puede conocer a todo el mundo, ni siquiera al mundo que quisiera conocer-, me envía desde Barcelona, donde reside, el encendido recorte de un periódico catalán que me llega como espadín de papel, florete tipográfico, bengala incendiaria o cometa loca por el cielo electoral, a clavárseme en el alma o abrasarme el pelo. En este recorte/ columna, recorte/daga, recorte /pintada, recorte/parida, habla un tal Parera, que no sé quién es (éste sí que ni de oídas), perteneciente a CDC, que tampoco sé lo qué es, perdido como ando, maestro Dámaso, en este siglo de siglas. Parera gasta tufo de pelo en la sien, gasta entrecejo, gasta nariz corta Y gesto amargo. Parera gasta corbata dominical y es el obrero que presenta Convergencia i Unió en la candidatura por Barcelona. Bien hecho. Ángel Parera milita en la Unión Sindical Obrera, pero milita mucho, demasié, milita tanto que, a pesar de haber sido diputado, no le conoce nadie. ¿Qué hace un currante como tú, tronco, en un partido de ricos como éste?

-En lo que me fijo es en un programa socialdemócrata viable.

Bueno, que un obrero nos salga socialdemócrata, aunque se llame Parera, es como si John Wayne nos sale gay. A mí me parece que, en una sociedad libre y pinchota, un gay pudiera y debiera hasta ser ministro (cuando menos, ministro de los gais), e incluso hay precedentes en sociedades nada libres ni pinchotas. Pero lo que no veo es a un gay trotando sobre los indios en el caballo de Santiago Matamoros, como te digo una cosa te digo otra. Y tampoco veo a un obrero socialdemócrata de cabeza, de corazón, de programa, de pensamiento, de arranque, aunque la socialdemocracia es hoy, inevitablemente, el Limbo de los Justos o Seno de Abraham adonde van a parar los obreros con lavavajillas, como también suben al cielo todos los negritos buenos. Pero Parera es Parera:

-Pues, claro que un trabajador puede votar a un banquero -salta Parera, sin que se le mueva para nada el tufo de pelo, el confuso tufo ideológico de la frente-. Y añade: Lo que más me molesta de UCD -es su chulería madrileña. La UCD son unos cuantos enchufados de Madrid, que tienen el poder, a quienes se les han juntado, unos cuantos burócratas. Todos los madrileños son iguales.

Bueno, calma, Parera, quieto, hombre, suéltanos la manga, tranquilo, que se te va a atravesar la butifarra, Parera, currante, la butifarra mental, quiero decir, Parera. Todos los madrileños somos iguales, vale. Todos los madrileños somos madrileños, mayormente. Mucho lo tuyo, Parera. ¿Iguales en qué y en quién, Parera? ¿Igual de ucedistas, igual de chulos, igual de madrileños, igual de iguales?

No te sigo, Parera, perdona, pero no te sigo.

-Los madrileños se creen que son los únicos. En Cataluña no somos así. Suárez no entiende absolutamente nada de Cataluña. Sentís no tiene nada de catalán. Nosotros somos nacionalistas, pero no racistas. Los racistas han sido los de Madrid, que son los que nos han chafado nuestros derechos.

Bueno, les he pasado a ustedes la filosofía de Parera por el exprimelimones, que si no, puede sentarles mal a la hora de ir a no trabajar a la oficina. Y digo a no trabajar porque, para el revolucionario Parera, que no ha hecho del esquirolismo una obra de arte porque no es artista, ni quizá esquirol, todos los madrileños vivimos de un enchufe en el que ganamos dinero y no trabajamos. Parera, en cambio, tiene un enchufe como perro del hortelano en la hortelanía financiera barcelonesa, y trabaja muchísimo puliendo su filosofia socialdemócrata para obreros buenos, disciplinados, trabajadores, con tufo de pelo y nada chulos ni nada madrileños, eso sí, sobre todo, nada madrileños, que eso es lo peor, y con lo racistas que somos los madrileños, uy, aquí aparece un catalán o un alpujarreño por la estación de Atocha y nos le tiramos a la yugular o a la safma, eso lo primero, la yugular o la safena, pues no somos chulos aquí los madrileños, el primero Suárez, que no es de Madrid, o Abril Martorell, que tampoco es de Madrid, o Martín Villa, que es de León. Que se lo digan a Ángel Parera, azote de chulos, ucedistas y madrileños, perro de misteriosos hortelanos que recolectan lechugas verdes de a cinco mil, del Banco de España, ya ves.

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