España defiende el concepto de "neutralidad activa"
El embajador de España para el desarme, Eduardo Iglesias, defendió ayer en Ginebra, ante un grupo de periodistas, que España defiende el concepto de una neutralidad activa, pese a la existencia en nuestro suelo de bases norteamericanas.
Al hablar de desarme, el embajador dijo: «Es ingenuo pensar que en este nuevo organismo (Comité de Desarme de la ONU) se van a equilibrar las cosas. Estados Unidos y la Unión Soviética siguen siendo, desgraciadamente, los dos grandes personajes.»
El embajador español señaló, sin embargo, que este nuevo organismo, que sigue examinando algunos p...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El embajador de España para el desarme, Eduardo Iglesias, defendió ayer en Ginebra, ante un grupo de periodistas, que España defiende el concepto de una neutralidad activa, pese a la existencia en nuestro suelo de bases norteamericanas.
Al hablar de desarme, el embajador dijo: «Es ingenuo pensar que en este nuevo organismo (Comité de Desarme de la ONU) se van a equilibrar las cosas. Estados Unidos y la Unión Soviética siguen siendo, desgraciadamente, los dos grandes personajes.»
El embajador español señaló, sin embargo, que este nuevo organismo, que sigue examinando algunos problemas de procedimiento, constituye «un paso adelante» desde el instante en que se estableció una presidencia rotativa de todos los países que lo integran, imponiéndose el criterio de la mayoría que siempre abogó en el organismo precedente por eliminar la copresidencia inamovible soviético-norteamericana.
Sobre la posición de España, afirmó que «nosotros estamos más comprometidos en la defensa de Occidente que algunos países de la OTAN, al tener bases nucleares norteamericanas », pero subrayó el carácter «independiente» dentro de la participación en el sistema occidental.
El embajador señaló como un ejemplo de esta independencia «activa» el que durante la asamblea general extraordinaria de las Naciones Unidas sobre desarme, de junio de 1978, España apoyó parte de un proyecto soviético, en lo referente a que «se estudie y negocie un tratado internacional que fortalezca las garantías de seguridad a los países no nucleares, por parte de las potencias nucleares, y que además elimine -agregó- las posibilidades de amenaza y chantaje ».